Esta noche se disputa en Dublín la final de la Europa League entre el Bayer Leverkusen y la Atalanta . El equipo italiano fue en el que mejor nivel ofreció durante toda su carrera el argentino Papu Gómez y desde allí fue desde donde llegó al Sevilla en el mercado invernal de enero de 2021 . El pasado verano rescindió su contrato con el Sevilla y se marchó al Monza de la Serie A, pero apenas pudo jugar con su nuevo club ya que fue sancionado por dopaje con una suspensión de dos años sin jugar por dar positivo en una sustancia prohibida en noviembre de 2022 cuando todavía pertenecía al Sevilla. Sobre ello y sobre la final de las Europa League ha querido reflexionar en una entrevista concedida a AS el futbolista que ahora vive en Bérgamo, ciudad en la que está radicada la Atalanta. Al ser preguntado sobre si está siendo dura la situación, Papu Gómez comentaba lo siguiente: «Sí, está claro. Pero me agarra en una etapa de mi vida más maduro. Tengo 36 años , estoy ya más hecho. Hubiera sido más duro si me agarra en otra etapa, con 20 ó 25 años. Hay cosas más importantes. No me puedo quejar: tengo salud, amigos, familia…». Además, acerca de la evolución del caso comentaba que «seguimos apelando con los abogados y tratando de que bajen la pena. La sanción fue de dos años y estamos viendo si se puede hacer algo para que se rebaje . Lo vivo con paciencia, esperando a que haya noticias positivas. Ojalá que sea este mes o el que viene cuando haya novedades. A ver si me reducen la pena y puedo volver a jugar. Mientras, estoy dándole mucho al pádel. Hay un grupo de argentinos y juego con ellos torneos: Denis, Cambiasso…», explica el argentino. Su llegada a Nervión se produjo poco después de una fuerte discusión con Gian Piero Gasperini, entrenador de la Atalanta entonces que se mantiene en el cargo. Las diferencias entre ambos ya han sido solventadas según narra Papu Gómez. « N os encontramos hace unos días, estuvimos comiendo, después de aquello que me pasó cuando me fui a Sevilla. Lo pasamos muy bien. Fueron horas interesantes. Lo sucedido es agua pasada. Lo solucionamos. Somos dos personas que vivimos cinco años juntos, quizá los mejores de la historia del club, y no merecíamos terminar así. Mejor arreglar los problemas. La vida sigue», cuenta el futbolista que sigue sin jugar al haber sido suspendido por dar positivo en un control en una sustancia que se encuentra entre las prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).