El horror no terminó al concluir la guerra. Los vencedores emplearon la violencia sexual contra las mujeres como arma de guerra y venganza. Especialmente atroces fueron las violaciones masivas cometidas por los soldados del Ejército Rojo sobre las mujeres alemanas en Berlín y en la Prusia Oriental
Desde la Antigüedad más clásica o bárbara, los raptos, el sufrimiento de las mujeres y sus hijos, las violaciones sistemáticas, la esclavitud en todas sus formas, el reparto del botín vivo y la impunidad vienen repitiéndose con carnívora fiereza en todos los conflictos que han arrasado hasta el día de hoy cualquier parte del mundo; y puede afirmarse, vistas las pruebas, que, en menor o mayor medida, ningún ejército vencedor se ha privado de ejercer esa violencia sexual sobre las mujeres.]]>