Fueron tres goles. Los pegó y los disfrutó
River en la apertura de la Liga Profesional. Impuso esa inmensa diferencia de jerarquía que lo separa del modesto
Central Córdoba de Santiago del Estero. Todo después de que su técnico
Martín Demichelis fuera silbado. No hay 'feeling' entre los fanáticos 'millonarios' y su entrenador. Se viene percibiendo. Le reprochan los cambios, no le perdonan la partida del ídolo Enzo Pérez, no aceptan las irregularidades del equipo... Y encima venía de ser eliminado por Boca en la Copa de la Liga y de empatar con Nacional en Uruguay tras ir ganando por dos goles de diferencia.
Seguir leyendo...