«United by Music» se leía en el escenario en grandes letras y, más que lema, parecía ironía. O súplica. Porque unidos, muy unidos todos, pues no. Veníamos de manifestaciones en las puertas del Malmö Arena pidiendo la expulsión de Israel, de la descalificación del representante de los Países Bajos por «comportamiento inadecuado» , Irlanda amenazando con no participar, Israel apartada del resto de delegaciones a la espera del inicio de la gala, la ganadora de Eurovisión 2023 afirmando que de ganar Israel no le haría entrega del trofeo, Finlandia y Noruega renunciando a ejercer el voto… Hasta Greta Thunberg, reconvertida de ecoansiosa en antisemita, era detenida. Una edición movidita, la de este año. Noticia Relacionada estandar No Quién es Eden...
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