La Titan Desert es una carrera, pero a veces es también una misión que se ocupa de «devolver al desierto y a Marruecos todo lo que les ha dado» en los años que lleva disputándose, como afirma su CEO, Jesús García. Y lo hace a través de iniciativas como la de los centros auditivos Aural, que en combinación con la organización, con los hoteles Xaluca y con KH7 ha ofrecido revisiones auditivas en todas las etapas de la Skoda Titan Desert.
«Volver a oír para volver a vivir» es el lema del programa que ayuda a muchos de los habitantes de las zonas que visita la carrera a «volver a conectarse con la vida», como explica el director ejecutivo de Aural, Juan Ignacio Martínez. «Solo una de cada tres personas que necesitan un audífono acceden a él. Existe un estigma asociado al uso de audífonos y esto viene de la vergüenza de pensar que el audífono está relacionado con la tercera edad», añade. «Hay otra realidad dual y es que hay personas que queriendo tener acceso a esa corrección auditiva no lo tienen por falta de recursos. Y eso es muy potente en este entorno donde se desarrolla la Titan Desert», dice.
Por eso, cada día de 9 a 6 un camión proporcionado por la organización hace de consultorio al que acuden de media 50 personas diarias. «Una media muy exacta», afirma Fernández.
«Se les hace una revisión otológica por un médico especialista, un otorrinolaringólogo y después evaluamos su audición con nuestros audioprotesistas para ver si pudieran beneficiarse del uso de audífonos para compensar una pérdida auditiva que debemos encontrar y evaluar», cuenta el director ejecutivo de Aural.
«Cada día estamos entregando veinte audífonos gratuitamente. Ver las caras de estas personas, la gratitud que nos desprenden, la emoción con la que muchas veces personas a las que se conecta por primera vez a su entorno comunicativo suscita emociones. Eso también nos pasa en España, es increíble cuando a una persona le permites escuchar por primera vez con unos audífonos muchas veces se les va la lágrima porque es como conectarse a una nueva vida», dice. Una vida que se prolonga con un programa de seguimiento que permite mantener los audífonos activos.
«Cuando te encuentras en un país como este en el que los medios son muy escasos poder ayudar nos da una satisfacción más elevada», dice Josep María Lloreda, el propietario de KH7, que financia el programa.
