No pudo oír el estruendoso aplauso. Ludwig van Beethoven (1770-1827) ya era sordo cuando estrenó su Novena Sinfonía en Viena, el 7 de mayo de 1824, y el público rugió de entusiasmo. Hoy, 200 años después de su creación, sigue siendo una de las composiciones más célebres de la historia de la música. El cuarto movimiento de la 'Oda a la Alegría' , himno oficial de la Unión Europea desde 1985, ha pasado a formar parte del patrimonio cultural global y pasa de mano en mano en cada conservatorio. El original de la partitura se encuentra custodiado por la Biblioteca Estatal de Berlín (conocida como Stabi). «Normalmente, no suele salir de la caja fuerte », dice Martina Rebmann, jefa del...
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