Un barco comercial fue encontrado en las profundidades del océano por un vecino de Palma de Mallorca. El navío romano data del siglo III después de Cristo y tras 18 siglos fue recuperado en perfecto estado de conservación.
Un grupo de arqueólogos descendió hasta el fondo marino y lo que encontraron sorprendió a todo el equipo, ya que el tesoro se encontraba perfectamente sellado y podría ser fundamental para entender las relaciones comerciales de la época.
La tranquilidad de las costas de Mallorca fue interrumpida por un vecino que encontró en el fondo del océano un barco romano en perfectas condiciones.
El navío fue encontrado en la playa de Ses Fontalles y según las investigaciones se trata de un barco comercial que zarpó del puerto de Murcia con el objetivo de llegar al Imperio Romano cerca del año 320 d.C.
Los investigadores descartaron que se haya hundido por una tormenta, sino que su naufragio habría sido provocado por una mala maniobra a bordo que habría generado una fuga en el casco.
Consideran que esta es la hipótesis más válida porque el cargamento fue encontrado en perfecto estado. Desde el Departamento de Cultura de Mallorca explicaron que es "uno de los mejor conservados en todo el Mediterráneo del Bajo Imperio Romano".
En la época de los Romanos los españoles comerciaban grandes cantidades de oro, plata y esmeraldas, por lo que la embarcación era de gran interés para los arqueólogos.
Los científicos encontraron cerca de 100 ánforas en perfecto sellado que contenían víveres que se dirigían a Roma. En gran parte de los contenedores había garo, una salsa utilizada como aderezo para la comida hecha de pescado también conocida como "ketchup romano".
En la misma línea, encontraron guisos preparados y los 18 siglos que pasó bajo el mar hicieron que la sal de su interior se cristalice, por lo que se necesita realizar un proceso de desalinización para evitar que se rompan los envases.
Además, otros recipientes contenían aceite de oliva y vino, bienes sumamente preciados en su época.
Los cuencos fueron descubiertos en una posición vertical en el fondo del mar. Los expertos consideran que gran parte se debe a una serie de ramas de la cepa de la vid, las cuales eran utilizadas para fijar las ánforas y amortiguar posibles golpes.
