De un tiempo a esta parte, la RFEF se ha convertido en el epicentro deportivo de la polémica. Dentro de los terrenos de juego, por la sospecha constante sobre sus árbitros y su presidente, Luis Medina Cantalejo, y en los despachos, por la inhabilitación a sus últimos dirigentes: Villar, Rubiales y quién sabe si Rocha en las próximas fechas. Para cortar de raíz esta peligrosa crisis de reputación y tutelar la institución hasta que lleguen sus elecciones el 10 de septiembre, el Gobierno de Pedro Sánchez ha buscado una fórmula que, aunque efectiva, no parece que vaya a resolver todos l ...