A las once y media, en una mañana soleada en la capital maña, Don Felipe y Doña Letizia llegaron a la Academia General de Zaragoza donde esperaban los 200 compañeros de la XLIV promoción del Ejército de Tierra. Una testigo de excepción se encontraba formando en el patio de armas con el resto de cadetes que en la actualidad se están preparando en «La General», la Heredera de la Corona. Como dama cadete de segundo curso, en una de las compañías de la formación, Leonor como ya hizo en su jura de bandera el pasado 7 de octubre, vistió uniforme de época de casaca azul, pantalón rojo y sombrero de pluma.
El acto dio comienzo con el himno de España, honores militares y salvas. A continuación el Rey, ataviado con el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, pasó revista a las tropas, acompañado por el Jefe de Estado Mayor del Ejército, Amador Fernando Enseñat y Berea, el Jefe del Cuarto Militar, Emilio Gracia Cirugeda, y el oficial al mando de la fuerza.
Mientras que la Reina Letizia se situaba en el palco de autoridades, el Rey se desplazó hasta la cabeza del bloque de componentes de la promoción. Fue entonces cuando se produjo el traslado de la bandera nacional y el instante en el que el Rey besó la enseña nacional, cuyo escudo mandó tejer la reina María Cristina, viuda de Alfonso XII. Se trata de la misma bandera a la que prometió lealtad la Princesa de Asturias en el mes de octubre. Un sonado aplauso se escuchó en el patio de armas. Hay que recordar que la conmemoración forma parte del espíritu de la Academia, que se celebra cuando las sucesivas promociones alcanzan los 25, 40 y 50 años.
A continuación, el Jefe del Estado regresó a la tribuna de autoridades, desde donde –acompañado por la Reina–, observó cómo sus compañeros también renovaron su juramento. Lo hicieron también las viudas e hijos de aquellos que perdieron la vida en servicio. El oficial más antiguo de la promoción, Francisco Javier Marcos Izquierdo, actualmente teniente general jefe de la UME, dirigió unas palabras y entregó una placa conmemorativa al director de la Academia, general Manuel Pérez López. Durante su alocución aseguró que «hay lugares que permanecen siempre en el corazón. Aquí hace cuarenta años hicimos algo grande: comprometernos con España», señaló. A renglón seguido, aseguró que la presencia de los Reyes y de la Heredera «hacen de este acontecimiento algo único en la historia de la Academia y de España». Por su parte, el director de la Academia General Militar, Manuel Pérez López, agradeció el ejemplo que la XLIV promoción supone para los cadetes que se están actualmente formando, entre ellos Doña Leonor. «Es una promoción cohesionada, unida por los lazos del compañerismo, curtida por el paso de los años e ilusionada como el día que juraron bandera por primera vez», hizo hincapié. No en vano, Don Felipe mantiene amistad con muchos de los compañeros de su promoción. Seguidamente se rindió homenaje a los que dieron su vida por España, se interpretó el himno de la Academia General Militar y se recitó el artículo primero del Decálogo del Cadete, concluyendo con la despedida de la Bandera. El Rey, tras la dislocación para el desfile, frente a la formación de la promoción, rompió filas y se realizó el desfile con el que concluyó el acto.
Hace apenas siete meses, la Princesa de Asturias fue quien juró por primera vez bandera en la Academia de Zaragoza ante la orgullosa mirada de sus padres. Ayer, sin embargo, la Heredera a la Corona asistió con emoción contenida a la «rejura» de su padre, la tercera en Zaragoza. La expectación fue máxima y, como no podía ser de otra manera, Leonor acaparó todas las miradas. Mientras Doña Letizia presidía el acto desde la Tribuna y buscaba con la mirada a su hija, que permaneció todo el acto en formación y presenció –como una cadete más– cómo su padre renovaba su compromiso con España e incluso volvía a jurar dar su vida en caso de que fuese necesario. En este sentido, la de ayer fue la tercera ocasión en la que padre e hija coincidieron en un acto en la academia de Zaragoza, donde la princesa de Asturias ingresó el pasado mes de agosto y en la actualidad continúa su formación como alumna de segundo curso de la academia.
Desde su ingresó, la Casa Real ha distribuido hasta en cuatro ocasiones imágenes de la Heredera durante sus ejercicios de entrenamiento. La última vez fue el pasado mes de marzo, cuando su padre fue testigo de las maniobras que realizó, junto a sus compañeros, en el Centro Nacional de Adiestramiento de San Gregorio. También la hemos visto, fusil en mano arrastrándose bajo un alambre de espino o vestida con traje de alta montaña militar, incluido gorro de nieve y braga en el cuello, y sobre unos esquís en una montaña nevada. La Princesa Leonor se encuentra a punto de concluir su formación en el Ejército de Tierra. Los próximos cursos los completará en la Armada (Marín) y en el Ejército del Aire (San Javier).