Los toros son un escándalo, por eso quieren censurarlos y por eso hay que defenderlos. La idea la desarrolló Rubén Amón en su libro 'El fin de la fiesta' (Debate), un ensayo que explica la razón de ser de una de las artes más polémicas y desconcertantes, más necesaria y honesta en un momento en el que se banaliza la verdad para volverla inquisitorial. En una sociedad que rechaza y esconde la muerte, los toros la colocan en el centro del ruedo cual catarsis. Pero eso no lo entiende Ernest Urtasun , el ministro partisano, la madre superiora de la plaza del Rey, que va diciéndole a gente por dónde llevar la falda. Censurar la tauromaquia, desposeerla del premio nacional...
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