A mi hermana se le quedó cara de seta el día que otra madre le dijo, en la puerta del cole, que mi sobrino (6 años) le había dicho a su hijo que no sabía si podía ir a su casa a jugar porque «a mi madre le parece que tus padres son muy raros». Mi sobrino tiene la excusa de sus 6 años para justificar la imprudencia, ese poner a su madre en el brete de tener que explicar a una señora, a la que apenas conoce y de la que había emitido un juicio apresurado (y bastante ajustado, por cierto), que ella no había dicho eso (sí lo había dicho), que ya sabes cómo son los críos, que...
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