Son varios los motivos que llevaron al ser humano a considerar el hipotético caso del “Día Final” del planeta Tierra: el cambio climático, los desastres naturales o algún conflicto bélico de carácter nuclear que podría acabar con todo, son algunas de las muchas opciones aterradoras. Sin embargo, en caso de que algo similar ocurriera, los países crearon el Banco Mundial de Semillas de Svalbard, una gigantesca bóveda que resguarda el patrimonio vegetal de la humanidad para el caso de que ocurra lo peor.
Una de las imágenes más llamativas que a menudo se viraliza en las redes sociales es la de esta bóveda apodada como la del “Fin del Mundo”, construida por el Gobierno de Noruega, la organización de conservación de plantas NordGen y el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos para evitar la extinción de la especie humana. Fue creada con el fin de resistir al paso del tiempo y a las catástrofes que pueden ser provocadas por el hombre. En ella se guardan una gran diversidad de cultivos que podrían salvar a la humanidad.
El lugar elegido para ubicar esta importante construcción fue la sólida y virgen ladera de la montaña permafrost, que pertenece a la isla de Spitsbergen, en el archipiélago de Svalbard, ubicado entre Noruega y el Polo Norte. Las fotografías de este lugar son impactantes y hasta parecen futuristas debido a la estructura que se montó en medio del suelo blanco.
Esta estructura gris está preparada para resistir las consecuencias de un terremoto de magnitud 10 en la escala de Richter, teniendo en cuenta que el mayor registrado fue de 9,6. También puede resistir una erupción volcánica, por lo que está garantizado el adecuado resguardo de las semillas. El lugar está a 130 metros sobre el nivel del mar y las condiciones climáticas oscilan entre los -3 y -6 grados centígrados, con la posibilidad de descender de manera artificial hasta los -18 grados.
El 26 de febrero del 2008 se dio apertura a la bóveda de semillas, esculpida en la sólida roca virgen. La región destinada al resguardo de las semillas yace a una profundidad que supera los 100 metros, hallándose bajo estratos de roca con un grosor que oscila entre los 40 y 60 metros.
Su costo fue de más de siete millones de euros y su cámara es capaz de guardar alrededor de cinco millones de semillas. En 2020, se registró que había un poco más de un millón de semillas almacenadas de 5.128 especies de 233 países diferentes. La espectacular cámara cuenta con 150.000 muestras distintas de trigo y arroz; 80.000 de cebada; 50.000 variedades de sorgo; 40.000 especies de frijol Phaseolus; 35.000 de maíz; y cerca de 25.000 de soja, entre muchas otras.
Es importante destacar que este lugar no recibe visitantes, por lo que los encargados de construir esta cámara crearon una página web para realizar un tour virtual del lugar, sin la necesidad de utilizar Google Street View para apreciarlo. Los interesados en saber más sobre este lugar tendrán una guía virtual que explicará cómo funciona el interior de este lugar, que es más grande de lo que parece desde afuera.
Los únicos que circulan en este lugar son los trabajadores, pero tanto la seguridad como el mantenimiento se controlan de manera remota. Aun así, algunos turistas llegan hasta la entrada del lugar para tomarse fotografías con la fachada de la bóveda, la cual podría llegar a ser trascendental en el futuro.
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