Es inevitable no verlos como escobas astilladas, repitiendo la misma coreografía, embrujados por su propia estupidez. El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo , dijo, incluyéndose en su propia filípica, que esta es la peor clase política de la historia de la democracia en España. Que su boca sea, pues, la medida. Un Congreso incapaz de aprobar presupuestos o elegir al Poder Judicial, pero abocado al chiquero parlamentario. Un presidente del Gobierno interesado en la disolución de su propio Estado, pero que se pasea por Europa pidiendo la creación de otro. Un gabinete de hechizados que aplauden como pingüinos ante un glaciar que se derrite. Goethe describió los desastres que produce el exceso de amor propio y confianza cuando...
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