Tan solo cinco horas le han bastado al compositor y pianista flamenco Juan Peña Dorantes para conseguir un sold out en los dos conciertos que ofrecerá el próximo 22 de septiembre en la iglesia de San Luis de los Franceses en la que será una de las citas más esperadas de la XXIII Bienal de Flamenco de Sevilla . De este modo, se convierte en el primer artista que ha agotado todas las entradas -en el mismo día en que se ha abierto el plazo- para el espectáculo que ofrecerá en este festival que se celebrará del 11 de septiembre al 5 de octubre. Esto ha hecho que mucho público se haya quedado sin posibilidades de disfrutar el estreno absoluto de 'Scarlattianas' , obra en la que el músico interpretará por primera vez el clave . Esta propuesta es un homenaje a Domenico Scarlatti . Era en torno a 1730 cuando el flamenco se cuela en la corte del rey Fernando VI . Un tiempo en donde la música estaba circunscrita solo a determinadas clases sociales y se entendía como una actividad culta y de signo de distinción. En 1729, el matrimonio de Mariìa Baìrbaras - de quien Scarlatti era profesor de Clave- con el heredero español al trono Fernando VI y el traslado de la corona Española a Andalucía, lleva a Scarlatti a Sevilla hasta el año 1733. Scarlatti se queda tremendamente influenciado por la música de los gitanos durante su estancia en la ciudad lo que le lleva explorar los recursos tímbricos del clave como ningún otro compositor hasta la época. El músico que entendió los elementos hispanos de Scarlatti de forma más completa fue Manuel de Falla , quien pensaba que había que considerar a Scarlatti «el compositor más clásico de la música española». Falla se percató de que los únicos elementos españoles usados por los compositores habían sido algunos ritmos y ciertas formas de cadencia, pero que la armonía apenas había sido reconocida por ninguno, excepto por Scarlatti. Esta armonía no se refiere al conjunto de España, sino en la manera de tocar la guitarra en el flamenco y que Scarlatti descubrió en esos cuatro años de hechizo Andaluz e incoporó a sus sonatas, creando un estilo único y extremadamente innovador y extraño para la época. Primer contacto en el Conservatorio Dorantes, gitano de Lebrija, conoce la obra de Scarlatti, compositor clásico Italiano, cuando es estudiante de piano en el Conservatorio Superior de Música de Sevilla y ya entonces le llamaba la atención el reconocer rasgos propios flamencos en algunas de sus Sonatas, cuando aún no había muchas publicaciones que hablaran de ello. Para Dorantes, Scarlatti ha sido el primer compositor que supo integrar a la perfección en su propio estilo, las cadencias y melodías flamencas sin citarlas explícitamente sino haciéndolas suyas, visualizando tonalidad y modalidad como una forma única y llevando por tanto parte del flamenco que escuchó y le maravilló, de alguna manera a la música clásica estructural para el reconocimiento y admiración de los compositores de la época, que sin duda, no contemplaban a esta música del pueblo llano, como música con identidad nacional. Dorantes ha venido realizando un trabajo de bastante similitud conceptual con Scarlatti, ya que en sus obras no fusiona estilos , en su lugar prioriza la integración de elementos que no desvirtúen el fondo aunque sí la forma. No introduce lo aprendido durante sus estudios en sus obras flamencas, sino que logra forjar una unidad entre ambos mundos, de forma que en piezas repletas de recursos clásicos, el flamenco explota en el corazón del oyente. El pianista de Lebrija, uno de los compositores flamencos menos convencionales de su época, retoma estas obras años después desde una perspectiva de raíz flamenca y conocedor de que fue esta, la cultura musical a la que pertenece, la fuente de inspiración que a Scarlatti le posibilitó alcanzar una riqueza sonora desconocida en el barroco. Un tributo a Domenico Scarlatti con Dorantes al clave, al piano y pianos electrónicos, y una formación de cante, contrabajo y percusión, para un viaje en el tiempo, un paseo por la historia, una radiografía sonora del flamenco en 1730, eso sí, no se trata de desempolvar un partitura y reinterpretarlas tal cual, sino retornar sus obras al siglo XXI para incorporarlas a nuevas creaciones de un músico flamenco.