Poner una vivienda en alquiler se recompensa con una serie de beneficios fiscales. Además, de poder aplicar reducción del 60% del rendimiento neto positivo derivado del alquiler de bienes inmuebles destinados a vivienda habitual (si ingresó 12.000 euros alquilando su piso, sólo tendrá que sumar 4.800 euros a la declaración), buena parte de los gastos derivados del arrendamiento son deducibles. El portal inmobiliario Fotocasa los recopila.
1. Gastos de reparación y conservación de la vivienda. De acuerdo con el artículo 13 del Real Decreto 439/2007 de 30 de marzo, todos los costes relacionados con el mantenimiento o reparación de la vivienda los puedes desgravar en la declaración. No obstante, hay que tener en cuenta que sólo serán deducibles los gastos como arreglar la caldera, pintar la vivienda o instalar una puerta de seguridad. En cambio, no lo serán las ampliaciones o cambios en los espacios del inmueble, por ejemplo, para hacer las obras para hacer la cocina más grande.
2. Impuestos y tasas. También son deducibles el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) o las tasas municipales de recogida de basuras, limpieza o alumbrado.
3. Suministros de la vivienda y gastos de comunidad. Fotocasa explica que, de acuerdo con el artículo 20.3 de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), el inquilino es el que se encarga de pagar los gastos de los suministros del piso alquilado si no se pacta lo contrario. Pero en el caso de ser el propietario quien los asume, podrá deducirlos en la declaración. Lo mismo ocurre con los gastos de la comunidad.
4. Intereses de la hipoteca. Según la Agencia Tributaria, también serán deducibles los intereses y demás gastos de financiación de los capitales ajenos invertidos en la adquisición o mejora del bien.
5. Gastos de formalización del contrato de alquiler. Si ha recurrido a una agencia inmobiliaria o a un abogado, puede deducirse los honorarios.
6. Seguros. Las cuotas de seguros de hogar, seguros de impago de alquiler o seguros de responsabilidad civil se pueden incluir en la declaración.
7. Amortización de bienes inmuebles. Son deducibles las amortizaciones de los bienes inmuebles, siempre que no excedan el 3% sobre el mayor de los siguientes valores: el valor catastral de la vivienda o sobre el coste de adquisición del inmueble.
