Fue despedido de su empresa de alquiler de vehículos en Getafe (Madrid), pero no devolvió una furgoneta. Estaba rotulado con el nombre de la firma comercial y al hombre, de 55 años, no se le ocurrió otra cosa que usarla para dar dos palos en una hora, armado con una catana o una especie de espada de bodas, en la comarca toledana de La Sagra. Ocurrió hace justamente una semana, durante la mañana del pasado viernes 15 de marzo, en un par de sucursales bancarias de Eurocaja Rural. Primero fue en Numancia de la Sagra, donde amenazó al único empleado que había en la oficina. Pero no logró sustraer nada de dinero porque el trabajador gritó, salió a la calle y avisó a los transeúntes, que alertaron a la fuerzas y cuerpos de seguridad. Apenas había pasado una hora, cuando irrumpió en la oficina de Eurocaja Rural en Yeles, a diez kilómetros. Amenazó a las dos empleadas, a las que encerró en un cuarto de la oficina y huyó con 1.500 euros en los bolsillos. La Guardia Civil se puso al frente de la investigación, concretamente la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Toledo. Su Grupo de Delitos contra el Patrimonio averiguó que la furgoneta usada en los golpes estaba denunciada como desaparecida por una empresa de alquiler de vehículos de Getafe. Con toda la información facilitada en esta firma comercial, los agentes lograron ponerse tras la pista del presunto autor, al que detuvieron este jueves cuando circulaba con la furgoneta por Madrid. El arrestado llevaba 2.800 euros en un bolso dentro del automóvil. Los investigadores le atribuyen un robo con violencia e intimidación, otro en grado de tentativa y un tercero por apropiación indebida de la furgoneta que empleó para atracar.