Sevilla es continua víspera del tiempo de la Pasión. Un tiempo donde la ciudad estalla en luz, aromas, sentimientos, rito y tradición. Se va acercando el final de la Cuaresma, presagiándose con ello la inminente llegada de una nueva primavera que, con el alborozo incontestable de su júbilo, volverá a parir una luna plena para que la Esperanza brote en toda su magnificencia al alba del Viernes Santo. Viene ya la primavera con sus días más resplandecientes interpretando la gran partitura de la alegría. Sones de penitencia que retumban a gloria sabiendo que la gran procesión de la vida volverá a ponerse en las engalanadas calles de la ciudad la mañana cercana de un nuevo Domingo de Ramos. Viene la...
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