El intenso calor en Costa Rica no solo afecta a la vida silvestre y doméstica, sino que también ha generado un genuino deseo de proteger a los animales, insectos y otras especies. Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunas acciones bien intencionadas son nocivas.
Si vio un video en redes sociales de alguien dando agua a un pajarito, es posible que el ave haya chocado contra una ventana y, en cualquier caso, tal nivel de interacción se desaconseja por varias razones.
Expertos consultados advierten de que bajo ninguna circunstancia se deben colocar bebederos o comida en el patio para ayudar a pájaros, insectos u otras especies.
Esto no solo altera su comportamiento natural, sino que también los expone a depredadores, contagio de enfermedades y disputas territoriales.
Prevenga el estrés térmico en el trabajo con hidratación, sombra, descanso y protección
Si usted desea contribuir a mitigar los efectos del cambio climático desde su propia casa, hay otras acciones adecuadas que no interfieren con los ciclos naturales de polinizadores, pájaros y otros insectos que brindan servicios al ambiente.
Los especialistas consultados sugieren que una forma más eficaz de ayudar a la vida silvestre es plantar árboles y mantener un jardín abundante en plantas y árboles florales.
Esto no solo ayuda a reducir el calor, sino que también proporciona sombra y refugio a las especies. Además, los árboles y las plantas florales ofrecen refugio y alimento naturales para los animales.
Shirley Ramírez Carvajal, bióloga de la Comisión Nacional para la Gestión de la Biodiversidad (Conagebio) del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), explicó que el amor por los animales y el deseo de su bienestar no implica alimentarlos directamente.
Por lo tanto, desaconseja prácticas bien intencionadas pero inadecuadas, como arrojar granos de maíz, boronas de pan o arroz, o poner frutas o sobrantes de comida para atraer aves, ardillas u otros animales.
También advierte sobre colgar bebederos llenos de líquidos azucarados para atraer a los animales, así como dejar alimento para mascotas como método para ayudar a la vida silvestre.
Todo esto, recalca, refleja un sincero amor o deseo de ayudar, pero también un profundo desconocimiento del tema.
Estas prácticas pueden reunir en un mismo punto a especies que normalmente no interactúan en la naturaleza. Por eso, los comederos y bebederos se convierten en lugares de contagio de enfermedades y parásitos entre la vida silvestre, además de alterar el comportamiento de los animales y aumentar su exposición a depredadores.
Entonces, ¿qué hacer? Aquellos que tengan un patio deben mantenerlo bien cuidado y preferiblemente abundante en todo tipo de plantas florales. “Si los pájaros e insectos suelen visitar nuestros patios sin que tengamos un comedero, es porque tengo algo que los atrae, como por ejemplo, plantas nativas”, explica.
La clave está en mantener las zonas verdes lo mejor posible para que sigan cumpliendo esas funciones para la vida silvestre en general. Tener vegetación les proporciona sombra y refugio contra el sol. Cuantos más árboles, plantas y flores nativas haya en la propiedad, mejor, recomienda.
Ramírez Carvajal recuerda que la naturaleza sigue un orden que para nosotros puede no tener la misma lógica. Esto podría contribuir al abuso en la poda en el jardín o al poco interés en sembrar árboles frutales como naranjas, duraznos, anonas y otros que dan flor y fruto, lo cual es muy beneficioso en este contexto de calor.
Mauricio Jiménez Soto, del Hospital de Especies Menores y Silvestres de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional (UNA), señaló que la mejor medida durante este periodo de altas temperaturas es evitar cualquier quema de matorrales.
Explicó que los matorrales albergan microambientes donde viven insectos, reptiles y otras especies que sufrirán con el fuego, ya sea porque las llamas los maten directamente o porque el fuego los desplace, exponiéndolos a depredadores o accidentes mientras huyen.
Jiménez Soto también desaconsejó dejar comida o agua en el patio, ya que esto altera el comportamiento de los animales y los hace demasiado confiados con los seres humanos, lo que los expone a un mayor riesgo de ser capturados.
Recordó que el contacto directo o indirecto con seres humanos y animales domésticos aumenta la posibilidad de transmisión de enfermedades entre animales y personas.
“La naturaleza ya es sabia; generalmente sabe dónde encontrar alimento y agua, así que siempre será mejor conservar las zonas verdes”, concluyó.
En el caso de mascotas, nunca haga paseos en las horas centrales del día (prefiera el amanecer o el atardecer). Si el suelo está caliente para nosotros, que usamos zapatos, el asunto es de particular cuidado en el caso de los perros. Procure moverlo a paso ligero y por la sombra al salir.
Reduzca la cantidad de ejercicio porque podría acalorarse mucho más y más rápido. No lo fuerce a jugar o correr. Mejor opte porque el animal dicte qué desea hacer.
En cuanto a hidratación, tenga siempre agua fresca y suficiente en varios puntos de su casa para sus mascotas y vuelva un hábito revisar el nivel del líquido en los recipientes.
Bajo ninguna circunstancia, deje a su mascota sin sombra o encerrada en un vehículo.
Los perros y gatos no sudan así que no refrigeran, por tanto, el calor por el cuerpo. Sí pueden ganar calor por exposición directa al sol pero, aunque parezca contradictorio, su pelaje sí los protege y sirve de aislante térmico.
Por eso, calcule cuándo es más conveniente cortarle el pelo. Algunos perros, eso sí, podrían beneficiarse de tener afeitado el pelaje del vientre para poder refrescarse más en contacto con suelo a la sombra.
De vez en cuando, brinde una ducha de agua fría al animal para refrescarlo aunque no se trate de un baño.
Si su animal sufre un golpe de calor, y se descompensa, llame a una clínica veterinaria y procure bajar su temperatura mientras recibe asistencia profesional. Utilice agua fresca (no hielo) y aplique el líquido en todo el cuerpo o, al menos, en el cuello.
Patios bien sembrados. Siembre plantas nativas de Costa Rica y árboles frutales en su propiedad para proporcionar alimento y refugio a la vida silvestre de manera natural, manejándolos de forma orgánica. Prefiera las especies autóctonas; no obstante, antes de tomar decisiones, investigue qué especies vegetales atraen a los animales. El proyecto de Aves y plantas de Costa Rica puede guiarlo.
No los alimente. Evite de cualquier manera que los animales silvestres tengan acceso a residuos de la cocina o alimento para mascotas.
Dar cobijo. Brinde un lugar fresco para descanso. Una pila de ramas o troncos en un rincón sombreado dará a insectos, en general, dónde protegerse del sol y refrescarse. Cuando hace tanto calor no es el momento para podar el jardín: deje las plantas sin cortar pues brindan refugio y alimento.
Fuentes de alimentación. Hojas, frutos de plantas, semillas y raíces son alimentos que pueden comer diferentes animales. No obstante, el calor marchita la vegetación. Asegúrese de que flores y plantas productoras sobrevivan al calor, manteniéndolas bien regadas.
Mejores hábitos. Fuera de ayudar a los animales en medio del calor inmediato, puede protegerlos a largo plazo. Por ejemplo, plante flores aptas para las abejas, como salvia o lavanda, en jardineras y balcones. Si tiene zonas con zacate, valore la idea de llenar ese espacio con plantas florales. Estos entornos son más tolerantes a la sequía, especialmente si contienen una variedad de especies de plantas.
Menos concreto. En comparación con las plantas, superficies de césped artificial y losas de cemento u otros materiales absorben calor durante el día y lo liberan al aire durante la noche. ¿Por qué no sustituir superficies duras y artificiales por plantas y césped?
La sombra de los árboles puede reducir la temperatura de la superficie en unos 10 °C, por lo que plantar un árbol nativo en su jardín le refrescará a usted y a la vida silvestre.