Que la cita de Fran (40) en 'First Dates' no pasaría desapercibida se pudo intuir en cuanto este valenciano polifacético puso un pie en el restaurante de citas de Cuatro con una armadura de guerrero romano debajo del brazo. El 'gladiador del amor' descubrió ante Carlos Sobera en su presentación algunos de los puntos más significativos de su intensa vida. Es un apasionado de la historia de Roma y le gusta disfrazarse y actuar en espectáculos de lucha romana. Pero aparte de modelo y actor, Fran es 'stripper' y principalmente, matarife. Lleva 24 años matando cerdos en un matadero. Noticia Relacionada estandar No Desvelan el sueldo de los participantes de 'First Dates': el dinero que cobran por ir al programa Jorge Herrero Un tiktoker entrevistó a una exconcursante que reveló los secretos mejor guardados del espacio televisivo Por su llamativo físico de casi dos metros liga más caracterizado de gladiador que quitándose la ropa como 'stripper', pues «lo mejor es el misterio de no ver quién hay dentro y vamos con el cuerpo muy lubricado» . Sin embargo, dedicarse a ello es también la principal fuente de problemas en sus relaciones. Las mujeres no suelen reaccionar demasiado bien cuando se enteran en qué trabajan. Por eso tampoco le pilló por sorpresa que su cita, Verónica , saliera espantada. «Lo del matadero me ha matado» Desde Gerona llegó Verónica (42), una encargada de supermercado que lleva tantos años soltera que ya no sabe cuál es su hombre ideal. «Soy muy expresiva, extrovertida, cachonda, simpática, me gusta reírme, conocer gente, y estoy un poquito loca. Pero es que eso me gusta», se presentó a sí misma. Antes de conocer a Fran vio su casco romano en la barra del local de 'First Dates '. Es la primera vez que flipó en toda la noche, pero ni de lejos la última. No sabía si Sobera la estaba vacilando. «He alucinado», declaró. Aunque es la única faceta de su cita que le ha «molado». Él le resultó «guapo y majete» de entrada, no obstante, la velada se torció en el momento que se sentaron a cenar y empezaron a conocerse. Fran con su atuendo de soldado romano Cuatro Fran decidió ser sincero con Verónica desde el principio para evitar malentendidos. Punto por punto, le contó a qué se dedica. «Lo del matadero me ha matado», manifestó ella, reconociendo su incoherencia por encantarle el jamón y a la vez los animales. Eso sí, casi le sentó peor que se dedicara al 'striptease', algo que, le explicó, no le gustaba nada. «Si te pones a hablar con una chica en plan roneo, me mosqueo. Imagínate si encima le pones a la chica todo el cimbrel ahí en la cara». Viendo su reacción, Fran se ahorró contarle que también hace sesiones de desnudo con chicas. Pero para demostrarle que no enseña sus partes íntimas bajo ningún concepto, le hizo una demostración. Verónica , no obstante, comprobó que eso no era para ella. «Yo prefiero una cosa más de andar por casa». Lo suyo era incompatible, y así lo decidieron los dos al final de la velada. Verónica no encajaría bien el trabajo de Fran, y Fran no aguantaría los celos en pareja.