En ese sentido, las autoridades de Salud de Estados Unidos han advertido de sobre los riesgos de someterse a cirugías, especialmente estéticas, después de que se detectara un brote de meningitis fúngica entre pacientes que se realizaron estos procedimientos en la ciudad mexicana de Matamoros, en Tamaulipas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) ya han informado de la muerte de dos personas y el posible contagio de otras 200 por esta causa. Los pacientes fallecidos habían viajado de Texas a esta ciudad para someterse a diversos procedimientos (incluida la liposucción) en varias clínicas, entre ellas el Centro Quirúrgico River Side y la Clínica K-3. Ambos se sometieron a cirugías con anestesia epidural.
La Secretaría mexicana de Salud ha enviado a los CDC una lista de 224 pacientes estadounidenses que podrían contraído meningitis dado su historial médico en esas clínicas entre enero y mayo. Los CDC indican que trabajan con más de dos docenas de departamentos estatales y locales de salud para contactar con esas personas e instarlas a someterse a tests. Las pruebas más habituales que el diagnóstico meningitis son una resonancia magnética y una punción lumbar.
La meningitis es la inflamación de los tejidos que rodean el cerebro y la médula espinal. Debe tratarse con urgencia para evitar graves consecuencias e incluso la muerte. Puede deberse a virus, bacterias, traumas u hongos, como en el caso de la meningitis micótica.
Los síntomas más frecuentes incluyen fiebre, dolor de cabeza, rigidez en el cuello, náuseas, vómitos, confusión y sensibilidad a la luz. Los pacientes identificados en Texas empezaron a mostrar síntomas entre tres días y seis semanas después de las operaciones quirúrgicas.
Según apunta Allas Smith, de los CDC, el origen del brote podría estar en los medicamentos utilizados durante la anestesia. Dichos fármacos estarían contaminados en la epidural misma o en otros medicamentos que se agregan en las cirugías como la morfina.
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