Costa Rica enfrenta un período de bajo crecimiento en la ocupación laboral y un aumento en la cifra de personas inactivas en el mercado de trabajo.
Así lo señala el estudio Análisis del mercado laboral y la pobreza en Costa Rica del cuarto trimestre 2022, del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
De acuerdo con el informe, presentado el martes 2 de mayo, el país registra un repunte de la tasa de inactividad, es decir, el porcentaje de la población que está fuera de la fuerza laboral con respecto a la población de 15 años y más en condiciones para trabajar.
En el estudio, el IICE señaló, con base en datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), que dicho indicador pasó de un 39,7% en los meses de agosto, setiembre, y octubre del año pasado, a un 41,7% para el periodo comprendido entre diciembre del 2022, y enero y febrero del 2023.
En las mujeres fue mayor y se ubicó en un 54%.
Recuperación económica y salida del mercado laboral de personas reduce desempleo
El informe también califica como “alarmante” que la ocupación en Costa Rica casi no ha crecido, pues poco más de la mitad de la población nacional en edades y condiciones para trabajar (51,9%) estuvo realmente laborando en el último trimestre comprendido entre diciembre del 2022 y febrero del 2023.
Esta cifra es similar a la de los semestres anteriores, en los que el indicador ha oscilado entre el 51% y el 53%. Al igual que en la tasa de inactividad, las mujeres, nuevamente, tienen una tasa de ocupación menor (39,8%) que la de los hombres (64,0%).
Bajo este panorama, el estudio del IICE indicó que el desempleo en el país sí muestra una leve disminución en los últimos meses. Alcanzó el 11% en la última medición para el trimestre móvil que terminó en febrero, aunque esto no responde, precisamente, a la contratación de más personas en empresas o instituciones, o la creación de más compañías.
“La mejora en el indicador de desempleo podría deberse a la salida de personas del mercado laboral y no a un aumento en la contratación. Asimismo, las mujeres constituyen un grupo vulnerable en materia laboral, ya que suelen tener bajas tasas de participación y altas tasas de desempleo e inactividad, en comparación a su contraparte”, mencionó el reporte.
Esto porque la tasa de desempleo mide la búsqueda activa de trabajo, pero no necesariamente implica que las personas que dejaron de hacerlo encontraron un empleo. Este indicador también es sensible a la población que por diferentes razones deja de buscar un trabajo y sale de la fuerza laboral.
A mediados de abril, Braulio Villegas, coordinador de la Encuesta Continua de Empleo del INEC, había explicado que la reducción interanual en el desempleo respondía, en parte, al aumento de la población fuera de la fuerza de trabajo, es decir, que se encuentra inactiva.
“Pareciera que para este trimestre, en la comparación interanual, hay más personas fuera de la fuerza de trabajo, o sea, en la inactividad, no participando del mercado laboral, ya sea por estudios o por responsabilidades que tengan en el hogar”, afirmó Villegas, en ese momento.
Según datos de la ECE, la población desempleada del trimestre que finalizó en febrero se estimó en 264.000 personas, de las cuales 130.000 eran hombres y 134.000, mujeres. En forma interanual, la cifra de población sin trabajo disminuyó en 59.000 personas.
De acuerdo con el informe del IICE, los hombres y las mujeres con trabajos en condiciones similares (como edad, lugar donde viven, entre otras) tienen salarios menos desiguales a medida que transcurrieron los últimos tres trimestres del 2022.
Para el segundo trimestre del año pasado, las mujeres ganaban ¢77,6 por cada ¢100 que recibían los hombres, pero para el cuarto trimestre del 2022 la diferencia se redujo y las trabajadoras ganaban ¢87,11 por cada ¢100 de los empleados masculinos.
Jóvenes cargan con 12 años de alto desempleo sobre sus espaldas
No obstante, esta diferencia de casi ¢13 entre géneros es considerable en comparación con la que hubo durante el pico de la pandemia —en el tercer trimestre del 2020— cuando las mujeres ganaban ¢93,4 por cada ¢100 de los hombres. La cifra cayó a los ¢80 durante el 2021.
Según los cálculos del IICE, cada vez hay menos diferencia en la participación laboral entre mujeres y hombres. Hace cinco años la brecha de participación era cercana a los 30 puntos porcentuales, pero en la medición más reciente esta descendió a los 23,89 puntos.
No obstante, la brecha de desempleo entre ambos géneros sí aumentó. Para el primer trimestre del 2018 la relación era de alrededor de 5 p.p. respecto a los hombres, mientras que los últimos datos del 2022 señalan que esa cifra creció hasta 8,12 p.p.
Según las estimaciones del INEC con los datos del IICE, una de cada cuatro personas en Costa Rica (el 24,9%) se ubicó bajo la línea de pobreza para diciembre del año pasado. Este porcentaje creció levemente a lo largo del segundo semestre del 2022.
En el caso de la pobreza extrema, ocho de cada 100 personas en el país fueron incapaces de satisfacer sus necesidades alimentarias básicas. En abril del mismo 2022, el porcentaje de pobreza extrema fue del 6 %, por lo que este rubro creció dos p.p. en ocho meses, según el informe.