Las billeteras virtuales y las tarjetas ganan terreno en el mundo dejando en desuso el dinero cash. Pero la Argentina está lejos de sumarse a esta tendencia. De hecho, cada vez más pequeños comercios ofrecen descuentos por el pago en efectivo, una forma de incentivar las ventas e incrementar la liquidez de sus negocios.
En el barrio de Caballito, en Cachimayo al 600, una carnicería que durante años funcionaba lindera a una verdulería decidió cerrar definitivamente sus puertas. "Se cansó, se va a dedicar a otra cosa", comentó un comerciante de la zona. Allí, en las últimas semanas llamaba la atención un cartel que invitaba a los clientes a comprar: "10% de descuentos en efectivo", resaltaba. Ni siquiera esa promoción logró salvar el negocio.
En la caja de una ferretería, a pocas cuadras de distancia, en Centenera al 800, también sobresale un cartel que invita a pagar en cash. "Efectivo o transferencia, 10% de descuento", remarca.
No se trata de dos casos aislados, es una tendencia que en los últimos meses se instaló para quedarse. "Hoy los comerciantes buscan quitarle la carga impositiva a las ventas y esto se da sobre todo ante la caída del consumo", remarcó Damián Di Pace, analista económico y director de la consultora Focus Market.
"Los carteles que anuncian descuentos con el pago de efectivo se hacen cada vez más habituales para evitar las comisiones que tienen las tarjetas y blanquear las operaciones. Esto se da, además, ante la fuerte competencia que hay en ciertos rubros", concluyó el especialista.
Según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas minoristas Pymes descendieron 0,1% anual en marzo, medidas a precios constantes, y suman así un declive del 0,4% en el primer trimestre del año, frente a 2022. "Creemos que los datos de abril serán aún más alarmantes", explicó un vocero de la entidad.
"Hay rubros que tuvieron una caída más marcada, como el sector de indumentaria que registró una baja del 10% en las ventas solo en marzo", explicaron desde CAME. Por eso, no sorprende el uso de medidas que buscan achicar los gastos fijos de los comerciantes. "Hoy la situación es muy compleja", remarcaron.
"Quienes aceptan el pago con tarjeta de débito o Mercado Pago suelen poner un tope, para que esto no afecte al total de sus ventas", agregó Di Pace. Por ejemplo, en las verdulerías el mínimo para el uso de plásticos suele ser de $ 3000. Eso ocurre en el barrio de Caballito en el autoservicio de verduras de Directorio al 900.
Desde la Cámara Argentina de Ferreterías y Afines (CAFA), Sergio Angiulli, presidente de la entidad, sostuvo que "el 80% de las operaciones en este tipo de locales se hacen en efectivo". Y agregó que, en el caso de las ventas mayoristas, "suele haber descuentos en el pago por transferencia".
De hecho, desde el sector aseguraron que "cada vez más comerciantes suspenden el uso de tarjetas y solo se manejan con cash". "Hay descuentos de entre un 10 y 15% para quienes pagan en efectivo. Es una práctica que se utiliza cada vez más", remarcó el dueño de una ferretería industrial que trabaja en la zona sur del Gran Buenos Aires.
Por su parte, Pedro Bussetti, presidente de la asociación Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco) aseguró que, en los últimos meses, crecieron las denuncias de usuarios en torno a este tema. "Los comercios de proximidad del segundo y tercer cordón del conurbano cobran entre un 5% y un 15% de recargo para quienes quieren abonar con débito o tarjeta de crédito".
"Lo notamos sobre todo en almacenes y autoservicios de barrios", agregó Bussetti. La tendencia también empieza a verse, reflejado en denuncias, en la Ciudad de Buenos Aires.
"Todas las estrategias hoy son válidas entre los comerciantes para tentar el pago en efectivo. Hoy la presión fiscal es asfixiante. Hay poco margen y poco volumen de venta, es una situación muy compleja que alienta la marginalidad", concluyó una fuente de una de las principales cámaras que reúne al sector.