El trágico fin de semana pasado en Sevilla, que se saldó con una joven de veinte años muerta en un grave accidente de tráfico tras una carrera ilegal la mañana del sábado y otro accidente grave ocurrido en la madrugada del domingo ha puesto de manifiesto la escasez de medios de la Policía Local de Sevilla para controlar el tráfico y evitar situaciones conflictivas. Y es que los fines de semana, cuando se registran los mayores problemas asociados al ocio nocturno, no hay agentes suficientes para evitar que haya conductores bebidos y, sobre todo, para realizar controles de alcoholemia ya que de drogas directamente no se hacen. De hecho, durante el fin de semana pasado, tanto en la madrugada del sábado como en la del domingo, sólo había nueve policías locales realizando controles de alcoholemia en las calles de Sevilla. Concretamente en la noche del viernes al sábado (cuando se produjo el accidente mortal) había un oficial y cuatro unidades móviles realizando controles de alcoholemia por las calles de la ciudad. En total eran nueve agentes. Los mismos que había en la noche del sábado al domingo. Es una situación de falta de un dispositivo mas amplio que viene repitiéndose desde hace tiempo ya que, según los datos de esta formación sindical, el escaso número de agentes dedicado a estos menesteres se ha repetido durante los últimos fines de semana, tanto en enero como febrero. Es un número que ademas consideran insuficiente para que los policías que montan el dispositivo puedan hacerlo con seguridad. Según el delegado sindical de Csif en la Policía Local, Santiago Raposo, a veces « resulta complicado montarlos por la falta de efectivos que sufren las unidades de investigación de accidentes de tráfico y la unidad de intervención nocturna». Porque normalmente cada noche tienen que montar y desmontar varios dispositivos para ir rotando por diferentes puntos de la ciudad. Previsible Se trata además de unos dispositivos que resultan «previsibles» ya que casi siempre se ponen en los mismos puntos y va rotando. Si los agentes montan, por ejemplo, un dispositivo en un punto de acceso del Aljarafe a la entrada de Sevilla , al cabo de dos o tres horas deben desmontarlo y marcharse hacia otra zona como puede ser la zona del Parque de María Luisa o las inmediaciones de Sevilla Este, donde se concentra parte de la movida juvenil durante los fines de semana. Eso hace que los conductores sepan aproximadamente donde se pueden encontrar esos controles cada fin de semana y, con ello, les sea más fácil esquivarlos. Además, entre las carencias que sufren, está que no disponen de «coches de fuga», como denominan al vehículo que sigue a los conductores que deciden dar la vuelta o dar marcha atrás cuando se encuentran con un control policial para esquivarlo y evitar ser sorprendido infringiendo las normas. Ahí no acaban las carencias. Además los agentes sólo realizan test de alcoholemia mientras que el control de drogas se deja exclusivamente para los casos extremos. ¿El motivo? Para ello se necesita un furgón con un especialista del que solo echan mano cuando hay un accidente de máxima gravedad. En cualquier caso, también hay que tener en cuenta que se trata de un dispositivo que solo funciona los fines de semana, lo que significa que de lunes a jueves no hay controles de alcoholemia. Es decir, nadie vela por evitar que haya conductores bebidos por las vías sevillanas el resto de la semana. Según el sindicato Csif estas carencias que sufre la Policía Local y que se acentúan durante los fines de semana suponen que el Ayuntamiento les ha convertido «en una policía de eventos» que «sólo importa que funcione los fines de semana» . A ello se suma que los vehículos que se utilizan para hacer los controles no vayan provistos de un ordenador portátil, ni de una impresora, por lo que, si un conductor da positivo y arroja una tasa enmarcada dentro del delito, «hay que desmontar el control porque hay que instruir el atestado». Ademas los agentes no reciben cursos de formación. «En Sevilla estamos asumiendo como algo normal» que la mayoría de los fines de semana ocurran accidentes graves, en los que alguna de las partes implicadas vaya bajo la influencia del alcohol o de drogas », dice el sindicato. Los últimos siniestros evidencian esa falta de medios.
