A punto de cumplir el primer año en su puesto de primer ejecutivo de Enagás , el gestor del sistema gasista español, Arturo Gonzalo Aizpiri (Madrid, 59 años de edad) destaca que «en otras encrucijadas históricas para Europa, España no ha tenido una posición tan robusta como ahora en la respuesta a los retos». Escritor, amante de la arqueología y gran experto, tuvo cargos de responsabilidad en medio ambiente en la Comunidad de Madrid y en el ministerio de Cristina Narbona. -¿Cuánto ha reducido la UE sus importaciones de gas ruso? -Suponen solo un 5% de la importaciones anteriores a la guerra. La UE importaba 2.800 GWh diarios por tubería y hay días que están por debajo de 200 GWh. Ha sido una reducción extraordinaria. -¿Este recorte se va a poder mantener en el tiempo? -Se va a mantener, pero diría que no de manera fácil. Europa ha aprendido la lección y no va a volver a confiar en un suministrador estratégico como Rusia. Sobre todo, Alemania e Italia. Además de un invierno suave, Europa ha demostrado que tiene una capacidad de respuesta muy importante en situaciones de crisis. Ha hecho sus deberes y España está contribuyendo a que la UE haga frente a este reto apoyándose en una infraestructura eléctrica y, sobre todo gasista, que ha sido una apuesta estratégica para España y que ahora vemos su valor. Tener una infraestructura gasista tan robusta, una de las mejores del mundo, hace que, desde que empezó la guerra hasta hoy, la diferencia de precio entre el que hay en España y el TTF de referencia para Europa central, representa un ahorro de unos 10.000 millones de euros cuando las plantas regasificadoras que tenemos sumaron una inversión de unos 4.500 millones. España ha hecho sus deberes a lo largo de las últimas décadas, ha puesto a punto sus infraestructuras, tenemos el 33% de la capacidad de regasificación de Europa y nos permite traer gas de 19 países diferentes. -El gasoducto del Magreb, ¿podría volver a reabrirse? -Es un tema que a nosotros nos supera. Está en perfecto estado. Si se decidiera abrirlo, no habría problema. Es una decisión política. -Las inversiones en el MidCat, la interconexión rechazada por Francia, ¿han caído en saco roto? -No hay ningún coste hundido porque el gasoducto llega hasta Hostalric (Gerona) y da servicio a la zona. Está plenamente operativo. -La demanda de gas cayó en 2022. ¿Cuál es la previsión para este año? -Tenemos todos los 'slots' contratados, lo que daría unos números similares a los de 2022. Vemos que este año ha arrancado muy fuerte en exportaciones. El mes pasado ha sido el enero con mayor saldo exportador a Francia de la historia. Vemos una tendencia de reducción paulatina de la demanda de gas que, en el horizonte de 2030, se compensará con el incremento paulatino de volúmenes de hidrógeno. Para 2030 se reducirá en 30 bcm el consumo de gas, pero la sustitución parcial de ese gas por hidrógeno hará que el volumen transportado de moléculas gaseosas será de 50 bcm. -Para la construcción del hidroducto H2MED entre Barcelona y Marsella, ¿qué porcentaje de la financiación total aportará la UE? -Los proyectos de interés común que pueden solicitar financiación aspiran a un rango de entre el 30 y el 50%. Además, contemplamos otras vías, como mecanismos de 'Open Season'. También, una vez se apruebe la directiva de la UE de gases renovables, el H2 tendrá la consideración de un vector energético regulado en Europa. Luego habrá otra parte de la financiación con peajes y tarifas. -Las elevadas inversiones previstas para el hidrógeno renovable ¿repercutirán en el dividendo? -Tenemos una política de dividendos hasta 2026. Como la mayor parte del esfuerzo financiero será a partir de ese año, en el actual periodo no tiene por qué crear ninguna dificultad. -¿El grupo seguirá con su expansión internacional? -Nuestro foco estratégico está puesto en España y en Europa. Apostamos porque vamos a un sistema energético europeo cada vez más integrado en gas hoy, y en hidrógeno mañana. De hecho, esta es una de las consecuencias positivas de esta situación tremenda que está viviendo Europa. Por ejemplo, el gasoducto TransAdriático, en el que participamos, que está llevando 12 bcm de gas azerí a Grecia, Bulgaria, Italia. -¿El hidrógeno rosa que producirá Francia con sus nucleares podría restar cuota de mercado al hidrógeno verde de España? -La voluntad que nosotros adquirimos con la UE es que se trate de hidrógeno renovable. En la discusión que se está haciendo con las directivas se habla de hidrógeno renovable y la visión de los grandes consumidores, como los alemanes, es de hidrógeno renovable y este no es nuclear. Ese es el rosa. Lo pueden calificar como bajo en carbono, pero no es renovable. Creemos que la apuesta de España y de Europa es el hidrógeno renovable.
