A medio camino entre Madrid y Valencia se localiza uno de los mayores secretos naturales de la provincia de Cuenca. Se trata del pueblo de Alarcón, una villa medieval que está dominada por su impresionante castillo y se enclava en un paraje natural inmejorable. Este discurre alrededor del río Júcar y forma lo que se conoce como la Hoz de Alarcón.
Pasear por las calles de esta localidad transporta al viajero a plena Edad Media, aunque lo que no se puede perder son las espectaculares vistas que ofrece lo alto del castillo, catalogadas como unas de las más bonitas de España. Además, a día de hoy está reconvertido en un Parador Nacional, por lo que pasar una noche en una de sus habitaciones es una experiencia increíble.
El origen de la fortaleza se remonta al periodo musulmán, aunque la fecha exacta se desconoce. Pasó en el año 1184 a manos cristianas tras la conquista de la villa por el rey Alfonso VIII, y durante los próximos siglos fue cambiando de dueño hasta su abandono en el XVII.
En cuanto a su estructura, es de planta cuadrada y se encuentra rodeado por un doble recinto defensivo, del que destaca la Torre del Homenaje, de aspecto renacentista, con almenas rematadas en punta de flecha. Todo el conjunto, a lo que se le suma su maravillosa ubicación, ha sido declarado Bien de Interés Cultural.
Por su parte, la visita a la villa, declarada Conjunto Histórico Artístico, no deja indiferente a nadie. Sus calles empedradas guían al viajero a través de ella descubriendo las iglesias de Santo Domingo de Silos y la de Santa María. También destacan las Pinturas Murales de Jesús Mateo en la iglesia de San Juan Bautista.
En la visita a Alarcón no puede faltar disfrutar de su hermoso entorno guiado por el cauce del Júcar. El camino por este paraje natural se traduce en una ruta circular (moderada) de 8,8 kilómetros y una duración estimada de 2 horas y 30 minutos. El recorrido transcurre por las defensas exteriores de la villa, sin perder de vista los meandros del río, para luego adentrarse en la hoz excavada por el agua.
El punto de inicio se ubica en el aparcamiento para autobuses de la localidad, en la calle que baja hacia el cementerio, donde se pueden encontrar carteles informativos de la ruta. En todo su recorrido las vistas del paisaje son dignas de admiración, sobre todo cuando se combina la fortaleza con el río en una misma instantánea.
Entre los puntos de interés que se localizan a lo largo de la ruta destacan formaciones como: la muralla y la Puerta de Chinchilla, el puente de Picazo, la torre de Cañavate, la torre de los Alarconcillos, la torre de Armas, el puente de Tébar y el castillo de Alarcón. Además, se puede disfrutar de la vegetación típica de la zona, así como de una fauna caracterizada por aves como el águila culebra, el águila calzada o el halcón peregrino.
El viaje desde Madrid tiene una duración de 2 horas y 10 minutos aproximadamente por la carretera A-3. Por su parte, desde Valencia el trayecto dura alrededor de 1 hora y 50 minutos por la misma vía.
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