Los colectivos de madres buscadoras sufrieron una tercera afrenta este domingo cuando una de sus integrantes de Guanajuato fue asesinada por dos hombres afuera de su domicilio.
El crimen contra María Carmela Vázquez, miembro del Colectivo Personas Desaparecidas de Pénjamo Guanajuato, se convirtió en el tercero registrado en 2022.
Inmersas en la vorágine de violencia que acecha al país, estas mujeres no solo ponen el cuerpo para realizar una labor que corresponde al Estado sino que son víctimas de un doble asesinato. El primero ocurre cuando les arrebatan a sus seres queridos, una parte esencial de sus vidas y el segundo, cuando lo que queda de ellas es eliminado.
Desde que comenzó el seguimiento de este tipo de delitos en 2010, al menos 15 madres buscadoras han sido asesinadas, de estas, siete en lo que va del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, según datos de InSight Crime, un centro de pensamiento que busca profundizar el debate sobre el crimen organizado y la seguridad ciudadana en las Américas.
Para noviembre de 2022, en tan solo 11 meses, tres madres y una hermana en busca de sus desaparecidos han sido ultimadas.
María Carmela Vázquez integrante del Colectivo Personas Desaparecidas de Pénjamo Guanajuato, fue asesinada el domingo 6 de noviembre en plena zona centro del municipio de Abasolo, en Guanajuato.
Su madre dijo a las autoridades que a su domicilio arribaron dos personas a bordo de una motocicleta. Estos preguntaron por su hija, y cuando María Carmela salió, la recibieron a balazos y se dieron a la fuga con rumbo desconocido.
María Carmela buscaba a su hijo Oscar Zuñiga Vázquez, quien desapareció el 14 de junio de 2022.
Esmeralda Gallardo buscaba a su hija Betzabé Alvarado, reportada como desaparecida en 2021 junto con una de sus amigas.
Tras un año y medio de rastreo, Esmeralda fue asesinada en la colonia Villa Frontera la madrugada del 4 de octubre de 2022.
Rosario Lilian Rodríguez Barraza, una de las líderes rastreadoras del grupo de mujeres que buscan a sus hijos desaparecidos en Sinaloa, fue localizada sin vida y con huellas de tortura el pasado 31 de agosto.
La activista había sido privada de la libertad un día antes cuando salía de una parroquia donde se había realizado una misa en conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada.
Buscaba a su hijo Fernando Abizaid Ramírez Rodríguez, quien desapareció el 16 de octubre de 2019 en la población de La Cruz de Elota. Desde entonces la mujer se integró a un grupo de madres con hijos desaparecidos para buscarlo por toda la entidad.
Brenda Jazmín, de 38 años, era integrante de Guerreras Buscadoras de Cajeme, uno de los colectivos de búsqueda de personas desaparecidas más activos en Sonora.
La activista tenía tres años y ocho meses buscando a su hermano Luis Heraldo Beltrán Jaime, quien fue secuestrado por hombres armados el 1 de diciembre del 2018 en la comunidad Bácum.
El pasado 21 de julio fue encontrada sin vida y con señas de tortura y golpes en la habitación de un motel en la comunidad de Providencia, en Cajeme.
