El Mundial de Fútbol 2022 que se celebra a partir del 20 de noviembre en Qatar está generando un revuelo poco habitual en este siempre esperado evento del mundo del deporte. El motivo, la polémica social surgida en torno a las estrictas normas y violaciones de los Derechos Humanos del país árabe, que chocan frontalmente con los valores que, a priori, pretende difundir la práctica deportiva. Las restricciones que desde la FIFA, basándose en la propia normativa qatarí, han transmitido a todos aquellos que se desplacen hasta la gran cita -desde aficionados a periodistas, pasando por las propias selecciones y familiares de jugadores-, han escamado a una opinión pública que ha llamado al boicot del Mundial. El hecho de que la homosexualidad esté prohibida en Qatar y que desde algunos estamentos europeos se haya pedido a los aficionados respeto por esta norma se ha visto en estos días agravado por unas polémicas declaraciones de uno de los embajadores del evento futbolístico más importante del mundo. MÁS INFORMACIÓN noticia No ¿Por qué se celebra el mundial de fútbol en Qatar y en noviembre? Se trata de Khalid Salman, exjugador qatarí que alcanzó cierta fama en su país en los ochenta y que ahora ejerce de relaciones públicas para la organización del Mundial. Durante una entrevista en la televisión alemana ZDF, Salman ha abordado el asunto de la prohibición de la homosexualidad en su país y ha explicado el porqué de esta norma: «La homosexualidad es 'haram' (prohibido). No soy un musulmán estricto , pero ¿por qué es 'haram'? Porque causa daño a la mente», dijo. «Durante el Mundial sucederán muchas cosas en el país y tendrán que aceptar nuestras reglas» Khalid Salman Una palabras que han levantado ampollas pero que no se quedan ahí y es que el exfutbolista añade, en la citada entrevista que forma parte de un extenso documental, una advertencia: «Durante la Copa del Mundo, sucederán muchas cosas aquí en el país y tendrán que aceptar nuestras reglas . La homosexualidad es una desviación mental», sentenció. Desde que se anunciara la sede del Mundial de Qatar, en una elección ya de por sí polémica y marcada por acciones corruptas, se ha puesto en duda que sea el lugar ideal para un evento de este calibre por su cultura y sus leyes que chocan con la mentalidad y la sociedad occidental. El próximo 20 el balón echará a rodar con el partido inaugural entre Qatar y Ecuador y a buen seguro que el fútbol no será el último asunto noticioso de la cita.