«Los dientes pueden ser un indicador tanto de las tasas de crecimiento prenatal como del tamaño del cerebro, lo que es especialmente importante para que podamos estudiar el desarrollo gestacional de nuestros antepasados humanos, ya que los restos dentales son las partes más abundantes de los registros fósiles». Es una de las conclusiones de un estudio internacional en el que participa la científica del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh), Leslea Hlusko. El análisis ha desvelado una «sorprendente» relación entre los dientes y la evolución del embarazo a través de los tamaños relativos de dientes molares fosilizados. El estudio está liderado por la paleoantropóloga de la Western Washington University (Estados Unidos), Tesla Monson. «Los humanos tienen la tasa de crecimiento prenatal más alta de todos los primates que viven en la actualidad, pero la evolución de esta alta tasa de crecimiento prenatal ha sido un misterio, hasta ahora», señalaron fuentes del Cenieh en un comunicado. Los dientes son indicadores de lo que sucede en otras partes del cuerpo y en este estudio, publicado en la revista PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences), se demuestra que se pueden usar como si fueran un mapa que ayuda a recorrer el laberinto que suponen los efectos entrelazados de la genética y el desarrollo, así como a comprender mejor la historia de la vida en el pasado. Tesla Monson y su equipo, del que también forman parte Andrew Weitz, del departamento de ciencias ambientales de la Western Washington University, y científicos del Berkeley Geochronology Center y del Cenieh han estudiado los fósiles del grupo de primates que incluye a simios y monos de África y Asia, así como datos recopilados de molares fosilizados y fragmentos de cráneos de la época del Mioceno tardío hasta el Plio-Pleistoceno, desde hace unos seis millones de años hasta hace aproximadamente 12.000 años. Noticia Relacionada estandar No Un sutil cambio en un único gen permitió a los humanos modernos generar más neuronas que los neandertales José Manuel Nieves El cambio de un solo aminoácido en la proteína TKTL1 podría haber dado a nuestra especie una ventaja al permitir la formación de un número mayor de neuronas en el neocórtex cerebral Los resultados indican que los homínidos alcanzan una tasa de crecimiento prenatal que los separó de los demás simios hace entre medio millón y un millón de años, mucho antes de la evolución de la especie humana, hace entre 200.000 y 300.000 años. Dientes molares La tasa de crecimiento prenatal está muy relacionada con el volumen endocraneal y, sorprendentemente, con la variación en las proporciones de los dientes molares. Este descubrimiento de la relación entre las proporciones molares y las tasas de crecimiento prenatal ha generado muchas nuevas preguntas para los investigadores de la evolución, incluyendo la comprensión de los mecanismos genéticos que se encuentran detrás de esta relación. Otra de las preguntas clave es si esta relación también se produce en otros mamíferos. «Aunque no creo que nuestra humanidad se reduzca únicamente a los dientes, sí que creo que parte de ella queda registrada en nuestros dientes. Esto abre una ventana para el estudio del embarazo y la gestación. Podemos tomar material dental de antepasados humanos y otros primates fósiles para conocer cómo eran sus embarazos», concluye Tesla Monson, tal y como recoge el citado comunicado.