Los expresidentes de la República Luis Guillermo Solís (2014-2018) y Carlos Alvarado (2018-2022) entraron en un esfuerzo por tratar de recuperar al Partido Acción Ciudadana (PAC) del peor resultado electoral de su historia y de la crisis financiera que vive.
En las elecciones nacionales del 2022, el PAC solo alcanzó el 1,3% de los votos válidos emitidos, sin lograr una sola diputación ni acceso a dinero de la deuda política, además de que aún debe pagar más de ¢400 millones al Estado por la estafa cometida en los comicios del 2010.
El domingo 9 de octubre, Solís participó en una actividad organizada con el propósito de recaudar los ¢26 millones del tercer abono que el partido debe hacer en diciembre próximo, según un acuerdo alcanzado con la Procuraduría General de la República (PGR).
Por su parte, aunque no pudo asistir presencialmente por trabajar en Estados Unidos, Alvarado también envió sus muestras de apoyo, confirmó el presidente interino del PAC, Fabián Solano.
La cuota para participar en el convivio era de ¢25.000 y apoyaron otras figuras, aunque no presencialmente, como el fundador de la agrupación, Ottón Solís; la expresidenta legislativa, Carolina Hidalgo; y la exvicepresidenta de la República, Ana Helena Chacón.
Unas 70 personas asistieron al evento.
“Hemos tenido bajas de compañeros que han querido apartarse, pero en términos generales, el PAC ha tenido sus liderazgos activos. Estas actividades están volviendo a encontrarnos, nos sirven de preparación para el Congreso ideológico próximo porque va a ser complejo”, indicó Solano, quien asumió la presidencia del partido desde que Margot Ortíz dejó ese puesto, un mes después de haber sido electa.
Recientemente, los expresidentes también participaron en un foro, junto a otras figuras como exdiputados. El encuentro más público fue la develación del retrato de Alvarado en la sede del PAC, en julio anterior.
Además de la deuda con el Estado, el PAC debe reiniciar en diciembre los pagos de un préstamo con el Banco Lafise por más de ¢600 millones, compromisos adquiridos en la campaña del 2014.
Solano explicó que la agrupación está recibiendo contribuciones obligatorias, como la de los representantes locales en las municipalidades, así como voluntarias, entre ellas las de los expresidentes.
Para sostenerse mes a mes, el PAC todavía tiene un remanente de ¢700 millones de la deuda política de campañas electorales anteriores, que le sirven para su operación, así como para los gastos de capacitación y formación.
“Por ahora, todo lo que se recauda con las contribuciones está destinado a pagar la deuda con el Estado”, indicó el presidente interino.
En noviembre, los militantes del PAC iniciarán con las sesiones virtuales de su congreso ideológico que será la plataforma para plantear cómo se mantendrán vigentes frente a un electorado que les dio la espalda en los pasados comicios. Este ejercicio se extenderá por unos seis meses.
Solano reconoció que la agrupación vive un duelo después de las elecciones. “Yo no lo puedo ocultar porque sería ingenuo; el resultado de febrero fue difícil, conllevó lo que yo he llamado un duelo colectivo para quienes estamos desde hace mucho tiempo y vimos crecer al partido y llegar al Poder Ejecutivo”, dijo.
“Antes del PAC, ya había movimientos progresistas, pero en todo el siglo ha sido el único que ha logrado contar con todos esos sectores. Hay que reflexionar por qué esos sectores no estuvieron con nosotros en febrero; no es fácil de analizar”, agregó.
Solano sostuvo el mismo discurso del expresidente Alvarado, al señalar que actualmente las agrupaciones políticas que están en el poder no cumplen una labor de oposición real.
“No hay ningún otro partido que esté siendo un partido de oposición sana y constructiva. En este momento, pareciera que no tenemos oposición. Valoramos los esfuerzos que hace el Frente Amplio, pero no hay partido que esté llenando lo que nosotros hemos llenado”, reflexionó.