Una investigación policial contra talleres de desguace ilegales en la Comunidad de Madrid y en Alameda de la Sagra (Toledo) se ha saldado con numerosos detenidos este martes. «Más de una veintena», según fuentes consultadas por 'ABC'. Formarían parte de un grupo organizado dedicado al robo de vehículos para modificarlos y venderlos con documentación falsificada. La Guardia Civil de Madrid y la Policía Municipal de la capital de España trabajaban desde hace meses en este operativo, en el que el balizado GPS de algunos de los vehículos sustraídos ha sido clave. En Alameda de la Sagra, donde un operativo conjunto está desplegado desde esta mañana en un taller, ha sido también fundamental el trabajo de los tres policías locales y de su administrativa . A ellos se les pidió su colaboración desde el momento en que un coche robado y balizado con GPS llegó a ese taller, situado en el número 16 de la avenida de Castilla-La Mancha. Fue el hecho que confirmaba sus sospechas. Porque sus agentes ya tenían documentación sobre este negocio, en el que realizaron dos inspecciones con varias «anomalías»: acumulación de vehículos, tanto coches como motocicletas; numerosos chasis sueltos o la falta de organización en un taller mecánico supuestamente legal que ocupa dos plantas. Comenzó a funcionar en primavera con una mujer como responsable de las instalaciones, que están alquiladas. Desde fuera, no llamaba la atención porque trabajaban con la puerta cerrada y sin hacer ruido, además de funcionar sin tener de alta un contrato de agua ni de luz. El taller tiene repartidas las piezas por sus dos plantas POLICÍA LOCAL DE ALAMEDA DE LA SAGRA Fue en junio cuando la Policía Municipal de la capital de España y la Guardia Civil de la Comunidad de Madrid, concretamente su Grupo de Investigación y Análisis de la Agrupación de Tráfico (GIAT), pidieron la colaboración de la Policía local de Alameda de la Sagra. El localizador GPS de un coche robado señalaba que el automóvil había llegado al taller de la avenida de Castilla-La Mancha. Para entonces, los agentes de este municipio ya habían realizado una inspección: a la mujer que les abrió la puerta le solicitaron documentación, grabaron y fotografiaron su interior, además de identificar a las personas que había dentro. Entonces intensificaron la vigilancia y comenzaron a compartir información y documentación con los investigadores. Les facilitaron imágenes de los vehículos que entraban y salían del taller, además de datos de las personas identificadas en controles específicos realizados en torno al negocio sospechoso.