Luego de la reciente aprobación de una ley y su reglamento para el aprovechamiento del cáñamo, dos ingenieros civiles proponen utilizar ese material para construir viviendas, objetivo para el cual crearon un manual que considera los beneficios térmicos, acústicos, de uso y de sostenibilidad ambiental de ese producto.
Según explicaron Esteban Hidalgo González y Randall Solano Vargas, en la actualidad, la construcción representa una de las actividades más contaminantes del mundo, debido al gran consumo de energía que conlleva extraer o fabricar materiales como el acero o el cemento, además del amplio consumo de combustibles fósiles para la ejecución de edificaciones.
Por eso, afirmaron, es indispensable pensar en materiales ecoamigables, cuyo proceso de extracción provenga de una fuente renovable y, además, permitan reducir el consumo de energía para mantener los espacios cálidos, como el cáñamo, que es una variedad de cannabis.
Ellos generaron una propuesta metodológica para el desarrollo de un Manual Constructivo de Viviendas a base de hempcrete, que es un biocompuesto hecho a base de cal, agua y fibras vegetales provenientes del tallo del cannabis. El manual fue creado desde cero con bibliografía internacional y cuenta con el respaldo del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA).
“Producto de esta problemática nos pareció interesante buscar un material renovable que pudiera cumplir con las mismas características constructivas que los materiales convencionales, pero que tuviera un impacto neutral o inclusive positivo en el medio ambiente. Por tanto, nos surgió la idea de utilizar el hempcrete, ya que es un material que ha ido tomando fuerza en países de primer mundo y ya en el país se avanza con la legalización del uso medicinal e industrial del cáñamo”, detalló Solano.
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Los ingenieros identificaron que el hempcrete posee amplias propiedades higroscópicas (capacidad de absorber humedad del medio) y es muy efectivo como aislante térmico y acústico, por lo cual, es considerado un material óptimo para la construcción de paredes en una vivienda. De hecho, como parte de sus análisis, construyeron una edificación en Tamarindo de Guanacaste.
“Conocemos de al menos cuatro casas-locales comerciales que implementaron este material en su arquitectura, ubicadas en Tamarindo, Avellanas y Flamingo. Estas construcciones fueron realizadas por nuestro principal colaborador de la tesis, Zegreenlab, la cual es una empresa liderada por Ashley Javogue que realiza investigaciones con este material y muchos otros aplicando técnicas de arquitectura bioclimática”, declaró Hidalgo.
Respecto al comportamiento ante sismos, los profesionales señalaron que el material se recomienda para la construcción de estructuras livianas, como las utilizadas para elaborar cerramientos, ya que aporta grandes ventajas en la división de espacios internos por sus capacidades higroscópicas. Además, los temblores no comprometen la estabilidad de la estructura.
“Únicamente se verían afectaciones estéticas o en acabados y, para ello, el hempcrete tiene la facilidad de ser un material muy fácil de utilizar, sin necesidad de conocer de construcción, facilitando las reparaciones que se necesiten hacer hasta por el propietario. En otros países se comporta de muy buena manera ante el sismo, inclusive en Reino Unido existen edificaciones de más de tres pisos donde se utiliza el hempcrete como principal material de cerramiento”, enfatizó Hidalgo.
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Finalmente, los ingenieros recordaron que para utilizar el hempcrete en espacios húmedos o expuestos a la intemperie se tienen que utilizar aditivos especiales que permitan al material respirar y eliminar por sí solo la humedad (capacidad higroscópica).
Se debe tener mucho cuidado, porque en caso de aplicar un método de repello erróneo (como en paredes convencionales) se puede generar una afectación sustancial en la integridad de la mezcla, debido a que la humedad se retendría dentro de las paredes provocando la descomposición de este.
“Con respecto a su comportamiento frente a temperaturas altas, el hempcrete ha sido sometido a pruebas de laboratorio (ASTM E84) la cual somete un bloque de cáñamo a 301,67 grados Celsius a un tiempo estimado de 593 segundos, lo anterior, para evaluar el índice de propagación de llamas y cantidad de generación de humo, dando como resultado en una escala del 0 al 450 el espécimen obtuvo 0, la calificación más alta posible.
“En conclusión, con un correcto acabado y tratamiento superficial puede ser utilizado en climas húmedos, de lo contrario, se recomienda utilizar en espacios no expuestos a la intemperie”, finalizó Solano.
Cualquier persona que desee conocer a detalle el manual creado por estos ingenieros puede contactarlos a los siguientes correos electrónicos: estebanhg26@hotmail.com y randallsolvar21@gmail.com.
