Todo el mundo tiene un amigo, compañero, familiar o conocido que, por sistema, siempre llega tarde. Ahora, la ciencia ha tratado de encontrar una […]
Todo el mundo tiene un amigo, compañero, familiar o conocido que, por sistema, siempre llega tarde. Ahora, la ciencia ha tratado de encontrar una explicación a este hecho, centrándose en lo que se conoce como la “memoria eventual basada en el tiempo”.
Por 20minutos.es
En la creencia general, el motivo por el que las personas que llegan tarde tiene que ver con una desorganización, falta de previsión o vaguería, pero los científicos han hallado una explicación que va mucho más allá.
Así lo demuestra un estudio de la Universidad de Washington, que descubrieron que algunas personas tienen más dificultad para controlar la noción del tiempo y, por tanto, es más difícil para ellas calcular el tiempo necesario para llegar a una cita a la hora acordada.
De hecho, es muy frecuente en este tipo de personas perder la noción del tiempo, es decir, que piensen que llevan 15 minutos haciendo una tarea y que, realmente, haya pasado una hora.
Así, llevaron a cabo diferentes pruebas con personas para comprobar cuáles de ellas eran capaces de controlar mejor el tiempo, es decir, estudiar los sesgos de tiempo en adultos, así como la gestión y la planificación del tiempo, para determinar cómo influyen en la memoria eventual basada en el tiempo.
Con los resultados de este estudio se pudo comprobar que no todas las personas adultas utilizan las mismas estrategias a la hora de gestionar el tiempo y, por tanto, esto influye a la hora de realizar tareas en la vida cotidiana, lo que crea sesgos de tiempo diferenciales dentro de una misma situación.
Esto no trata de justificar que una persona siempre llegue tarde, ya que a pesar de estas diferencias a la hora de controlar y percibir el tiempo, se pueden buscar soluciones, algo tan simple como mirar más frecuentemente el reloj o dedicar más esfuerzos a planificar el tiempo que se necesita para llegar a un lugar.
