¿Cecilia Moreau a la Presidencia de la Cámara de Diputados y Sergio Massa al poder? Arrancó la "era Moreau", y a la diputada del Frente Renovador le espera la difícil tarea de lidiar con una Cámara hostil y de responder a los intereses de su jefe político.
Como pocas veces en la historia de la democracia reciente, el jefe de la Cámara renunció a su cargo antes de que finalice el Gobierno. Como Juan Carlos Pugliese en el '89, el tigrense recalará en el Ministerio de Economía. Pero se garantizó dejar a una ladera en su sillón. Dicho sea de paso, Moreau se convirtió en la primera mujer en la historia que ocupar ese lugar.
El primero de los desafíos que le esperan a Moreau será canalizar, con éxito, la agenda que le envíe su jefe político desde el Ministerio de Economía. Es decir, poner en marcha la maquinaria de la Cámara baja, para que los proyectos que sean de interés para el tigrense lleguen a buen puerto.
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La tarea no será nada sencilla. Juntos por el Cambio, que decidió no obstaculizar su llegada a la Presidencia, hará valer su lugar de segunda minoría, y con creces. Sobre todo porque tiene la mira puesta en 2023.
La exradical tendrá que ejercitar la muñeca para conseguir cada voto en una cámara donde el oficialismo está a 11 bancas del quórum propio. Con un adicional: con el correr de los meses, y el deterioro del Gobierno, los bloques minoritarios buscan desmarcarse cada vez más del oficialismo. La exigencias antes de levantar la mano son cada vez mayores.
Este desafío que tendrá la flamante presidenta va atado al segundo: Moreau deberá ganarse la confianza de la oposición. Es que Juntos por el Cambio, Córdoba Federal y la Izquierda (como ya es tradición) se abstuvieron al momento de la votación. Los libertarios votaron en contra. El perfil de Moreau, para más de uno diputado de la oposición, no es el ideal. La consideran demasiado confrontativa.
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"Como presidente de la Cámara hay que tener equilibrio y controlar las pasiones, porque se es presidente de todo el cuerpo. No es cuestión de atropellar, los números están muy parejos, porque en ese caso no andaremos bien", le advirtió el jefe de la bancada radical, Mario Negri. Para más de uno de los diputados de Juntos por el Cambio, Moreau es "poco templada" para ese cargo.
"Esperemos que en estos cuatro meses la Cámara funcione de acuerdo a los problemas urgentes que tiene la sociedad", advirtió Negri, al anticipar que su bloque se abstendría al momento de la votación. En concreto, le avisó a la bonaerense que estará "a prueba" hasta diciembre.
Cecilia Moreau fue electa presidenta de la Cámara de Diputados.
Un tercer desafío que tendrá la Presidenta será no volver a dejar sin presupuesto al Gobierno, tal cual ocurrió en diciembre del año pasado, cuando la oposición rechazó que el texto vuelva a comisión y naufragó.
La presión será doble. No solo deberá lidiar con la oposición, sino que su jefe político se lo requerirá. Pero en este punto, la diputada tiene una carta a favor. Buena parte de la oposición hizo una autocrítica al respecto. Que el Gobierno gaste a piacere no fue negocio. Y, para los gobernadores, tampoco.
El último desafío de Moreau será que la Cámara baja, que ya viene trabajando a media máquina, no caiga en la parálisis absoluta. Para eso, no solo deberá negociar a destajo con la oposición, sino también alinear a los propios.
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Vale recordar que, durante la primera parte del año, la Cámara estuvo trabada en buena medida por las diferencias internas. Derivaron en la no conformación de las comisiones y, como consecuencia, no avanzó ningún proyecto durante meses.
De todas maneras, ayer Moreau tuvo un guiño del kirchnerismo. Máximo Kirchner, que pegó el faltazo a la reunión que mantuvo el bloque antes de la sesión, dijo presente en el recinto. Pero además, si bien la vicepresidenta, Cristina Kirchner, no participó de la jornada (la invitación le fue enviada) mandó a sus senadores. Entre ellos, a la camportista Anabel Fernández Sagasti. En el palco, también se vio a otro camporista: el ministro Eduardo de Pedro.
Con la hiperactividad de Massa y sus intenciones de poner en marcha la economía para usar el Palacio de Hacienda como trampolín para desembarcar en Casa Rosada, se da por descontado que, desde las sombras, le dará una mano a Moreau.
