Luego de la aparición del COVID-19, el mundo y autoridades sanitarias están al pendiente de la aparición de nuevos virus. Este es el caso de la fiebre de Marburgo, la cual es tan mortífera como el ébola.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), este virus ha sido responsable de la muerte de más de 3 mil 500 personas en África.
En el pasado, se han registrado brotes y casos esporádicos de esta enfermedad en Kenia, Uganda, Angola, Sudáfrica y la República Democrática del Congo, según la OMS.
Esta enfermedad es causada por el virus de Marburgo, de la familia filoviridae, la misma a la que pertenece el ébola.
La enfermedad, para la que no hay vacuna ni tratamiento específico, fue detectada en 1967 en la ciudad alemana de Marburgo -de ahí su nombre- por técnicos de laboratorio que resultaron infectados cuando investigaban a monos traídos de Uganda.
Al igual que el ébola, provoca hemorragias repentinas y puede producir la muerte en pocos días, con un periodo de incubación de dos a 21 días y una tasa de mortalidad de entre el 24 y el 88 por ciento.
Entre otros síntomas, puede ser fiebre, dolores musculares, además de que algunos pacientes llegan a sufrir hemorragias a través de cavidades como los ojos y las orejas.
Los murciélagos de la fruta son los huéspedes naturales de este virus, que cuando es transmitido a los humanos puede ser contagiado mediante contacto directo con fluidos como la sangre, saliva, vómitos u orina.
La OMS detalla que el salto del patógeno de los murciélagos a los humanos a veces se da por la exposición prolongada a minas o cuevas habitadas por esos animales. También puede ocurrir si se entra en contacto con fruta contaminada por esa especie.
De ahí, el virus se transmite de persona a persona a través de contacto directo (por medio de piel lesionada o de las membranas mucosas) con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas.
El contagio puede darse además por contacto con superficies y materiales contaminados con esos fluidos.
Con información de EFE