'El rey de los tallarines' es un aséptico bar en una calle trasera de Plaza de España donde su dueño, un asiático de apacible presencia, se deleita jugando con la masa de los fideos delante de los clientes. Detrás lo hace con el 'photoshop', recortando la figura de su esposa y poniendo su silueta en cuadros de paisajes insospechados que cuelga en el restaurante. Ante esas miradas de la señora de ojos rasgados, y sobre el mantel de papel blanco, un grupo de 'Todopoderosos' charlaba ya hace años como lo hacen en el que hoy es el pódcast de cine más escuchado de España, aunque en realidad las grabadoras no llegaron hasta tiempo después. Fue en casa de Arturo González-Campos , presentador de la tertulia, donde el micrófono se plantó sobre un hule de 'Spiderman' que hoy todavía hace que Rodrigo Cortés se tape la cara de «vergüenza». Como en un 'flashforward', aparecemos en el Espacio Fundación Telefónica ; han pasado más de siete años desde aquellas primeras tertulias, y no quedan rastros de manteles cutres ni de micrófonos amateur, solo se mantiene el espíritu de cuatro apasionados que charlan igual en el camerino que como lo harán delante de las 175 personas (la mitad de aforo que cuando una pandemia era cosa de las películas de ciencia ficción) que les van a rodear en menos de una hora. El programa empieza mucho antes. O, mejor dicho: ellos son ellos antes, durante y después de la grabación. Y ellos son, además de Rodrigo y Arturo, Juan Gómez-Jurado y Javier Cansado , el último que se unió a este clan. La preparación de 'Todopoderosos' es otro programa de 'Todopoderosos' Estamos a cinco de julio y se graba el último programa antes del parón veraniego de 'Todopoderosos' . En el plató vacío Rodrigo Cortés prepara y ajusta, como si fuera el director artístico de una de sus películas, los detalles que adornarán lo que la cámara recoge sobre la mesa de la segunda parte del monográfico de Buster Keaton del capítulo 86 que hoy toca. Mientras, Arturo González-Campos engola la voz para cantar relajadamente 'Bienvenidos', de Miguel Ríos , que abrirá el programa por elección suya. «Hay que ver que te sabes todas las letras de las canciones, y encima en tono», le dice Javier Cansado, que parece un casco azul de la ONU viendo cómo la acción se prepara a su alrededor. «La verdad es que sí: me sé todas las letras de las canciones que me sé», le responde muy serio y muy irónico Arturo. Cansado achina los ojos y le suelta, con la misma risa que lleva enseñando cuatro décadas sobre los escenarios, un sonoro «qué cabrón». Programa sin cámaras «Ahora sí que sí, cómo cambia el mundo», exclama Cansado repanchingado en el sofá del camerino cuando aparece Juan Gómez-Jurado, que llega tarde pero sonriente. «Fíjate cómo anuncia su llegada, qué maravilla», señala Arturo mientras le abraza entre los aplausos de Cortés, que apura otro sorbo del café. La primera vez que Juan abre la boca en la sala es para lanzar un boomerang con efecto contra sus compañeros: «Hoy hay micro del público, que me han dicho que lo has gestionado tú, Arturo; es muy sorprendente, Rodrigo, ¡Arturo ha gestionado una cosa!». «Pero ¿por qué me lo dices? ¿es que no me gusta [el micro del público] o qué?», devuelve ágilmente Cortés para desactivar el remate que Juan traía preparado: «Pues estará muy bien gestionado, Juan, por tocarte las narices». La carcajada de los cuatro al unísono resonará en una hora, cuando tendrán otro 'enganchón' parecido, esta vez con público. Y con seguridad lo repetirán a la noche, en la cena que los cuatro celebrarán para hablar de la vida y de lo mundano y de lo divino -y en un interludio de todo eso, decidir de qué irá el episodio 87-. Porque no hay -casi- nada de personajes en lo que escuchan e incluso ven el medio millón de personas que los siguen, y sí un tono muy afinado de cuatro notas en apariencia disonantes pero que han encontrado su acorde ganador. «Es que somos así todo el rato, solo que cuando nadie nos ve me insultan», remata Juan. Así se prepara un 'TP' «¿Lucha de egos? Si hay aquí algo es una ceremonia de generosidad por parte de todo el mundo: si alguien ve que otro inicia un chiste, le coloca la pelota para que lo remate; porque lo mejor que tenemos es esto, lo que ves aquí y lo que ve luego la gente», explica Cortés en un valle entre el primer pico de emoción por el reencuentro y el segundo por la celebración de Javier Cansado al probar la repostería del cátering y que insiste, vuelve a insistir y reincide para que sus compañeros prueben (luego descubriremos que hace dos años él trajo un dulce casero que no volvió a traer, pese a sus promesas). «En mi caso, no es generosidad: es admiración por las personas con las que comparto la mesa», señala Juan, que responde con tono serio sin percatarse de que ha caído en la trampa de Rodrigo: «Yo he hablado de vuestra generosidad, no me he incluido en ningún momento». La Fundación Telefónica es el escenario donde los 'Todopoderosos' graban el 'pódcast' de cine José Ramón Ladra La risa espontánea de Juan desvela la admiración que se tienen entre ambos, a los que Javier Cansado describe como los dos más inteligentes del grupo cuando se pregunta si entre ellos hay pelea por demostrar quién sabe más. «Pero el más listo es Arturo, eso sin duda; porque el más listo es el que saca más beneficio dando menos», suelta riendo Cortés en otro comentario con bala que también le celebra el aludido. Porque si esto fuera un audio de Villarejo descontextualizado se romperían amistades, pero en la cercanía de su relación hasta el golpe más rotundo se encaja como un abrazo cariñoso. «Nada, pero nada de lo que hacemos, tiene explicación. Así que mejor no buscársela», dice Gómez-Jurado La imagen, en realidad, refleja un misterio: cómo uno de los escritores que más libros vende en España, un cineasta (y escritor también) que ha tenido a sus órdenes a estrellas de Hollywood, un cómico capaz de haber hecho que su humor esté vigente para varias generaciones y un guionista (y escritor también) con varios éxitos radiofónicos a sus espaldas son capaces de hacer que tantas personas los escuchen hablar de cine. Y que pasen de disfrutar de Sherlock Holmes a Jacques Tati o hasta los lepóridos con un tono que va de lo más superficial a análisis propios de tesis doctoral. «Nada, pero nada de lo que hacemos, tiene explicación. Así que mejor no buscársela», trata de responder Juan Gómez-Jurado. «Esto es una mezcla muy consistente entre ignorancia e inconsciencia -apunta Cortés-, y eso es lo que nos ha mantenido tranquilos siempre, porque nunca hemos sido conscientes de que había alguien al otro lado». Por si la cosa iba a resolverse en serio, Cansado lo resume con su tono habitual: «Nos sostiene la soberbia». Por fin, el guion Arturo enseña el guion: una lista de películas en una cuartilla de un cuaderno. Y Rodrigo se divierte simulando cómo preparan el programa: «Tú hablas de que las primeras películas de Buster Keaton son en blanco y negro. Tú, de que no usaba dobles y tú lo comparas con Chaplin. Pues el programa estaría listo». Nada de eso sucede en realidad en la hora previa del programa. Porque el guion está en sus mochilas vitales: lo han visto todo, leído todo, y tienen el don de contarlo con gracia. Los 'Todopoderosos', antes de grabar el 'pódcast' José Ramón Ladra El 'whatsapp' del 'pódcast' «Con este tema reabrimos heridas», avisa Rodrigo Cortés cuando toca hablar sobre el grupo del 'whatsapp' en el que se deciden los temas del programa, uno de los 'misterios' sobre los que los fans suelen especular. «Muy fácil: hay dos, uno es el bueno, y el otro es en el que está Javi», resume Juan, que remata: «Decidimos que cuando hubiera que elegir tema, había que crear un grupo en el que estuviéramos Rodrigo y yo con el que decide», dice, señalando a Arturo, que calla como otorgando. ¿Será verdad? Por si acaso, Rodrigo introduce otra duda: «En el que está Javi se llama 'Hechos consumados' o 'Es lo que hay'». Y remata Arturo: «La realidad es que ahí no se decide nada. En la cena Rodrigo dice lo que se hace». «Si así fuera, no habríamos hecho el de Harry Potter», replica el cineasta. Nunca se sabrá la verdad. Por eso la preparación de 'Todopoderosos' es otro programa de 'Todopoderosos', solo que sin lista de películas: ellos charlan como hacían hace años en las mesas del 'Rey de los tallarines'. Y como en los 'collages' del cocinero-artista del photoshop, pasan de hablar del último especial de Ricky Gervais a la gesta de Alcaraz en un partido de Wimbledon. O de lo cómodas que son las zapatillas que está estrenando Cansado. «No sé si vas a sacar algo de la locura que has visto… pero muchísima suerte», apunta Cortés señalando la grabadora y en un tono casi de pésame por quien tendrá que transcribir la conversación y estaba allí tratando de capturar esa locura previa a grabar el programa. «Pues esto es lo que es 'Todopoderosos', te lo puedo garantizar».