Situado en pleno centro de la ciudad con fachadas que dan a la plaza de Cibeles, la calle Alcalá, el paseo del Prado, la calle de los Madrazos y la calle del Marqués de Cubas, está el Banco de España, uno de los más característicos edificios públicos de la capital.
Para conocer sus orígenes hay que remontarse al reinado de Carlos III, cuando se fundó, en 1782, el Banco Nacional de San Carlos, considerado el primer antecesor del Banco de España. Pero no fue hasta 1856 cuando se produjo la fusión del Banco Isabel II y el Banco San Fernando en el Banco Español de San Fernando, que daría lugar años después a la denominación actual.
Imagen del interior del Banco de España
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© Banco de España
La primera piedra de lo que hoy se conoce como la sede central del Banco de España se puso el 4 de julio de 1884 en un acto solemne que contó con la presencia del por aquel entonces rey, Alfonso XIII. El proyecto fue llevado a cabo por los arquitectos Eduardo de Adaro y Severino Sainz de la Lastra y la inauguración se produjo el 3 de marzo de 1891. A lo largo de su historia se fueron realizando diferentes ampliaciones y remodelaciones. La primera de ellas, en 1927, contemplaba la construcción de la mitad posterior de la fachada que está orientada a la calle Alcalá. Para llevar a cabo estas obras fue necesario derribar varias casas palacios del conde de Santamarca. En 1969 llegaría la siguiente ampliación, realizada por el arquitecto Javier Yarnoz Orcoy, que consistió en el cerramiento del banco por las calles de los Madrazo y Marqués de Cuba para mejorar su seguridad. Por último, en 2006, coincidiendo con la conmemoración del 150 aniversario de la institución, el arquitecto Rafael Moneo -galardonado con el prestigioso premio Pritzker- cerró la manzana con un nuevo chaflán que resolvía la necesidad de incorporar salas de reuniones y un salón de actos.
El edificio, de carácter ecléctico, destaca por sus fachadas elaboradas con elementos de raíz clásica y puertas y rejerías afrancesadas. Fachadas originales de la arquitectura española del siglo XIX donde coexisten los dos caracteres propios del edificio: el industrial y el de representación.
En su interior destacan la Escalera de Honor, elaborada en mármol de Carrara, una muestra de la arquitectura más tradicional diseñada por los arquitectos del banco y ejecutada por Adolfo Areizaga, el Patio de Efectivos o caja general, hoy biblioteca, con su estructura de hierro fundido procedente de la fábrica de Mieres, y el conjunto de vidrieras de estilo simbolista realizadas por la casa Mayer de Múnich. En el Patio de Operaciones antes mencionado llaman la atención, también, sus atractivos elementos art déco, como la vidriera superior o el reloj que preside el patio.
Imagen de la Escalera de honor hechas en mármol de Carrara
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Lo que quizás no conocías del Banco de España
-Lo más sorprendente de este edificio es la Cámara del oro –inaugurada en 1936–, una cámara acorazada situada a unas siete plantas por debajo del edificio, a 36 metros de profundidad, donde se guarda, en estanterías elaboradas por el ingeniero Eiffel, un tercio de la reserva de oro española, es decir, la mayor parte de las 281 toneladas de oro del Banco de España. En este espacio, de unos 2.000 metros cuadrados, se acumulan 5.400 lingotes de oro puro estándar, otros 2.000 irregulares, cerca de dos millones de monedas valoradas en oro, entre las que destaca la primera moneda maravedí de oro de España, y el intocable oro nazi.
-Para el traslado del oro se emplearon vagonetas sobre raíles de madera que se construyeron en el propio edificio.
-Por razones de seguridad una parte de las reservas está custodiada en bancos de otros países, Fort Knox (EE. UU.) y Londres.
Imagen de una de las puertas acorazadas del Banco de España
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-Las puertas acorazadas se encargaron a una empresa norteamericana que ya había fabricado puertas similares para la Reserva Federal de Nueva York, el Banco de Tokio y otras entidades financieras. En total las tres puertas pesan 39 toneladas. Cada puerta se abre con dos llaves y dos claves y nunca se abre una sin haberse cerrado la otra antes. Como curiosidad hay que saber que al menos dos veces al año la puerta de 15 toneladas tiene que ser protegida con vaselina para evitar que se oxide. Cualquier mota de polvo sobre esta estructura puede impedir que se abra.
-En caso de robo, las puertas de acero que custodian la cámara se sellarían, los pasillos se bloquearían y el foso de acceso se inundaría con el agua de dos arroyos subterráneos, el de las Pascualas, que corre a lo largo del Paseo de la Castellana, y el de Oropesa, que baja por la calle Alcalá y alimenta la fuente de Cibeles.
-El interior del edificio solo puede ser visitado por grupos de centros educativos y universidades y, excepcionalmente, por entidades culturales y asociaciones sin ánimo de lucro.
-La cantidad de cristales (estriados) empleados en la primera construcción fue de más de 1.500 metros cuadrados.
-Del coste total de la construcción del edificio de 1891, la piedra utilizada supuso un gasto de 19.000 euros.
-Hay un motivo escultórico que se repite en todo el edificio con bastante frecuencia. Se trata de un dios de la mitología romana, Mercurio, dios del comercio.
Imagen de la fachada del Banco de España
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-En 1999 el edificio fue declarado Bien de Interés Cultural.
-Su ubicación inicial no era la actual, sino que la institución estaba en el edificio de los Cinco Gremios Mayores situado en la calle Atocha.
-Desde un punto de vista cronológico se trata de una de las instituciones financieras más antiguas del mundo, siendo el tercero de los bancos centrales con más larga historia por detrás del Banco de Suecia (1668) y el Banco de Inglaterra (1694).
-Esta instalación ha sido la protagonista de las tramas de la serie española La casa de papel y la película Way Down. En la ficción de Netflix se utilizó la sede del Ministerio de Transportes en Nuevos Ministerios para recrear este edificio, mientras que en el largometraje sí se usaron planos reales de la fachada del banco.
-El Banco de España cuenta con una colección de arte muy diversa con pinturas, dibujos, esculturas y fotografías, entre otras cosas, resultado de un patrimonio artístico acumulado a lo largo de más de dos siglos de historia. Sus fondos se dividen en dos grupos fundamentales: el primero que es su colección clásica abarca obras realizadas desde finales del siglo XV hasta finales del siglo XIX y el segundo corresponde a su colección contemporánea formada, mayoritariamente, por obras de artistas españoles de la segunda mitad del siglo XX.
El Banco de España cuenta con una amplia colección de arte
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