Muchos tenistas necesitan rodaje para entrar en calor. Paula Badosa es una de ellas, capaz de jugar un WTA 500, y ganarlo, pocos días antes de debutar en el Abierto de Australia. Una forma de coger ritmo de competición y, con el título, aumentar las ganas de ganar. También, es verdad, se puede llegar a poner el cuerpo en tanta tensión antes del objetivo principal que las lesiones son un riesgo. Para Badosa, el desgaste del WTA 500 de Sídney se transformó en un vendaje en el muslo derecho con el que tuvo que jugar en su primera ronda contra Ajla Tomjlanovic.
Pero su cabeza y su cuerpo, fortalecidos en estos dos últimos años de despegue hacia las alturas, aguantó tanto los nervios como la presión de la primera ronda o la grada a favor de su rival. Y su tenis aguantó y superó a la australiana, muy dura desde el fondo, y que no dejó de martillear con su derecha para llevar a Badosa hacia atrás.
Después de un inicio de partido muy tenso, con juegos que superaban los seis minutos, con intercambios larguísimos llenos de potencia, la española consiguió un pequeño resquicio en el cuarto juego para subir un break en su marcador. Aún así, le costó a la española horadar del todo el muro de contención de la australiana.
Pero esta Badosa está firme de cabeza, y también con una fuerza en las piernas para permitirse defenderlo todo y pasar, en un segundo, a atacar con todo. Supo sufrir en los momentos en los que la australiana tuvo siempre el mando del punto. Pero en cuanto logró superar otro juego durísimo para cerrar el primer set, Badosa se soltó y comenzó a disfrutar con su tenis de fiesta.
Un 6-0 impoluto porque se había armado con todos los recursos y aplacó los tímidos intentos de remontada de Tomljanovic. Ya está en segunda ronda, sin acordarse demasiado de esa lesión: «Gran trabajo del fisio en esos tres minutos. Sabía que tenía que salir a buscar mis tiros. Estaba un poco exhausta, pero es lo que hay. Muchas gracias al público por el apoyo». Ahora, 24 horas para descansar después de una paliza de hora y media para empezar y que terminó cerca de las doce de la noche.
