Russell Westbrook estimula la más excitante pasión o induce a la más absoluta desesperación, es la velocidad pero también el descontrol. Es la ambigüedad, poseedor del impresionante récord de triples-dobles de la NBA (193) como su deslumbrante obra magna, tenedor de la deshonrosa plusmarca de partidos seguidos con pérdidas de balón (407), la
bipolaridad, capaz de cautivar en un mismo partido con un triple-doble e irritar con un 4/20 en tiros de campo. Russ es Russ,
el vacilante Russ, polisémico como el adjetivo mismo, vacilante de “dudoso” porque, como estos Lakers, es la intensa incertidumbre, vacilante de “arrogante” porque tras un indolente partido como el último de la franquicia angelina en Denver fue insolente con los reproches de
Magic Johnson.Seguir leyendo...
