Queríamos mostrarles la imagen de Boris Izaguirre junto al que sería su -imaginábamos- impresionante árbol de Navidad (y, de paso, cotillear un poco su preciosa casa). Nuestro gozo en un pozo: «Amor, es imposible, no tenemos arbolito. Rubén no lo ha puesto». Pero, ¿cómo es posible? «La última vez que tuve uno fue en Miami, que me sentía muy solito, pero este año es todo más relajado», ha dicho. Esta noche, Boris y la familia de Rubén, su marido, se tomarán una copa antes del discurso del Rey, otra después, y se sentarán a ver ‘Telepasión’: «El comienzo tiene un número increíble en un avión sin piloto en el que, de pronto, Ana Obregón y yo nos convertimos en azafatos que se visten de gala», nos advierte.
A mitad del programa de entretenimiento estrella de TVE, Boris preparará el pescado de la cena («es el plato más complicado») para no perderse el espectacular ‘chimpún’ final y comentar la experiencia entre todos. Los móviles, fuera. Ya leerán los comentarios mañana.
Boris fue invitado del ‘show’ los dos años anteriores, ahora vuelve como presentador: «Pero la estrella indiscutible es Ana. Y estoy encantado con que así sea. Yo estoy a su servicio, me dejo llevar por ella». Ambos se conocieron en 1994, en las primeras Campanadas de la Obregón: «Llegué tarde a la reunión de guion porque me perdí y cuando entré, ella acababa de leerlo. Se me quedó mirando y me dijo, ‘Ahora entiendo que hayas llegado tarde, pero hay algo que debes cambiar. No voy a decir de Marta Sánchez que es una ‘sex symbol’ porque es algo que a mí tampoco me gusta que me digan’». El tiempo ha colocado al guionista junto a la estrella: «Me hacía una ilusión enorme, pero el primer día de grabación estaba de los nervios. Se lo comenté a Ana, que enseguida me tranquilizó. Yo no soy actor; actuar, cantar y bailar no es lo mío. Nos pusimos a hacer ejercicios de respiración, para relajar la cara... Ana no solo es una gran profesional, es la mejor compañera. Es la que más ensaya, la que más empeño pone, la que sabe en todo momento cómo ponerse, dónde mirar. Tiene la misma ilusión que una niña y la profesionalidad de alguien que ha trabajado en Hollywood».
Ambos saben que tienen la responsabilidad de divertir esta noche a millones de familias que necesitan desconectar de la realidad: «Deseo que lo consigamos porque formamos una pareja insólita, somos dos histriones. Pero para Ana este trabajo también es sanador, ha pasado por algo terrible y ahora cuida todos los días de su papá. Ella ha compartido todo con nosotros, lo bueno, lo malo, lo peor. Se merece nuestro amor. Como ella nos lo ha dado siempre, con su buen humor, con su fuerza. Tenemos que acompañarla en esta nueva etapa».
Boris Izaguirre no puede contar mucho de ‘Telepasión’ porque quieren que sea una sorpresa, pero nos da alguna pista: «Todo lo de Benidorm es muy loco. O el número musical de Anne Igartiburu y Diego Losada, que es un descubrimiento. Y el final, ¡ya verás el final!».