Queridos amigos, suscriptores, auspiciantes, usuarios, lectores y televidentes de LARED21:
Nos encontramos en un momento histórico, y sin querer aguar las fiestas, en esta oportunidad queremos invitarlos a la reflexión. Todos sabemos que el mundo ha cambiado. Y si hemos de mirar hacia adelante y ser optimistas para construir un mundo mejor y más justo para todos, hemos también de mirar hacia atrás para saber dónde estamos parados y ponernos manos a la obra.
Nadie puede negar que en los dos últimos años el horror y el espanto han invadido nuestros corazones. Una guerra sin cuartel contra un enemigo mundial e invisible se apoderó de nuestro gesto humano más solidario, el abrazo, transformándolo en un arma mortal. Casi toda la humanidad ha tenido que aislarse y confinarse y a pesar de ello más de 5 millones de personas han fallecido a causa de la pandemia. Cientos de millones de empresas han dejado de existir y por primera vez en más de 20 años la pobreza extrema ha vuelto a expandirse a causa de la pandemia. Todos los guarismos demuestran que en estos dos últimos años hubo un gigantesco retroceso que según algunos estudios llevará décadas recuperar.
Sin lugar a dudas el Covid-19 cambió las reglas del juego. El mundo y nuestra propia existencia están en peligro, y los seres humanos somos los principales responsables.
Tal como afirma la CEPAL tenemos un aumento sin precedentes de la pobreza en el mundo que impacta en la brecha de desigualdades entre ricos y pobres. En el último informe publicado por el Laboratorio de las Desigualdades Mundiales se afirma que el 10% de la población mundial ostenta el 76% de la riqueza global, mientras que la mitad más pobre de la población apenas llega al 2%. Estos datos rompen los ojos cuando los contrastamos con el 0,006% de la población más rica que representa a las 500 mil personas más poderosas del mundo quienes aglutinan el 11% de la riqueza mundial. En resumen, la pandemia nos deja entre otras cosas una gran injusticia y contradicción: 500 mil personas poseen una riqueza que supera 5 veces a la que alcanza la mitad de humanidad que representa cerca de 4 mil millones de pobres en el mundo.
Este es el único planeta que conocemos para vivir y los hechos demuestran que no lo estamos cuidando de la forma más adecuada. Hay una parte minoritaria de los seres humanos equivalente al 1% que tienen en sus manos la posibilidad de revertir esta lamentable y peligrosa situación y a ellos también va nuestro esperanzado mensaje. El Universo aparenta ser infinito, pero nuestro planeta Tierra no lo es.
Foto: UNsplash / Ekaterina Shakharova
La Pandemia nos ha golpeado y aunque estamos empezando a controlarla, lejos aún estamos de ganar la batalla, porque no se trata solo de vacunarnos todos y seguir como si nada hubiera pasado. Algo importante en nuestra conciencia individual y colectiva como especie humana y dominante frente a los demás seres vivos que habitan este planeta tiene que cambiar. No olvidemos que cuando el ser humano se encerró los primeros días de la Pandemia, los animales coparon las calles. Nuestras propias costumbres, valores y paradigmas están en jaque.
Quienes llevamos adelante este medio de comunicación y vivimos a diario en busca de la verdad brindando información en forma libre y gratuita a la población, consideramos que esta crisis que hoy enfrentamos puede volverse una gran oportunidad, a nuestro entender ya no podemos volver atrás ni tampoco seguir de la misma manera, por eso los invitamos en estas fiestas a abrazarnos desde el alma con los amigos y seres queridos para expandir esta energía solidaria que nos permita crear juntos una Nueva y Necesaria Visión del Mundo, donde no sea un cliché decir y expresarnos la palabra Libertad, Prosperidad, Igualdad, Fraternidad, y que pase lo que pase, no permitamos que nada ni nadie nos vuelva a quitar el abrazo.
Felices Fiestas, Feliz Navidad, Feliz Año Nuevo.
El equipo de LARED21