LA campana literal del fin de año salvará a Sánchez del papelón conflictivo de no ver aprobado un retoque laboral conveniente y, por lo tanto, de no ver caer del cielo los once mil millones y pico que Bruselas solo entrega a cambio de reformas razonables y no de aventuras revolucionarias. Conviene ser conciso en la terminología: lo que aprobará el Consejo de Cantamañanas en Moncloa no es una derogación de la reforma del gobierno de Rajoy: es un retoque. Más o menos acertado, pero un retoque. Lo que ocurre, y ocurrirá, es que va a comenzar la batalla por la propaganda engrasando la Máquina De Poner Nombre A Las Cosas para que las éstas parezcan lo que no son....
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