«La situación nos preocupa seriamente». Con esa frase ha resumido este jueves el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, el sentir de la Junta de Castilla y León ante el avance de la epidemia en la Comunidad y, sobre todo, a la escalada de los principales indicadores de cara a las fiestas de Navidad.
Y es que, según dijo, los datos y el escenario «está evolucionando de manera desfavorable claramente». Con una incidencia por encima de 650 casos por 100.00 habitantes a los 14 días y de 419 a una semana, por lo que todo «hace prever que el crecimiento va a contiuar en la próximas semanas». En la situación actual, dijo, la provincia que tienen el nivel de alerta más elevado en cuanto a la incidencia es Valladolid, seguida de Palencia, mientras que en las cotas más bajas se sitúa Zamora.
«Esperamos días difíciles durante las próxmas semana» y por tanto, el portavoz de la Junta ha llamado a «evitar reuniones públicas y privadas, a reducir contactos entre grupos sociales y laborales y a priorizar el teletrabano siempre que sea posible».
Las tasas de ingreso han resistido bien hasta este momento, ha manifestado, pero la escalada de la incidencia y el aumento de casos de la variante Ómicron, que tiene «mayor trasmisibilidad», «hace previsible que tengamos serios problemas de saturación asistencial si no extremamos las medidas».
Este martes se reúnen el Consejo de Salud Pública y también el comité de expertos para analizar qué medidas conviene tomar en este momento, aunque Igea no ha desvelado en qué sentido serán porque serán los especialistas los que marquen el camino.
