Si durante décadas las colas de inmigración en los aeropuertos han sido una preocupación tanto para las autoridades como para los viajeros, tras la pandemia, con las restricciones sanitarias añadidas y la necesidad de la revisión de credenciales sanitarias y pasaportes de vacunación por petición de los gobiernos, se ha incrementado.
A principios de este año, para entender mejor la situación, el jefe de soluciones del aeropuerto británico de Heathrow declaró que los tiempos de espera en el aeropuerto habían aumentado hasta seis horas, ya que los funcionarios de fronteras se veían obligados a comprobar manualmente los documentos de los pasajeros, incluidos el formulario de localización de pasajeros y la prueba de Covid-19 negativa.
Innovaciones en la autenticación biométrica: ejemplos internacionales de éxito
En España, hace unos meses, empresas especializadas de todo el mundo desplegaron sistemas de tecnología biométrica facial para el control de pasajeros en treinta puertas de aeropuertos como Madrid, Bilbao, Valencia y Fuerteventura. Su intención era avanzar como parte de un proyecto anual para desplegar 120 puertas inteligentes para finales de año.
Pero no es el único avance. En octubre de 2020, la aerolínea Emirates puso en marcha una vía biométrica integrada en el aeropuerto internacional de Dubái para que los viajeros puedan pasar por el aeropuerto sin mostrar ningún documento.
Esta tecnología, que utiliza el reconocimiento facial y del iris, permite a los pasajeros facturar, rellenar los formularios de inmigración y embarcar sin contacto, además de reducir el tiempo de las colas y apoyar las medidas sanitarias y de seguridad. Como parte de la vía biométrica, la Dirección General de Residencia y Asuntos Exteriores de Dubái, en colaboración con la aerolínea emiratí, desarrolló una tecnología denominada Smart Tunnel, que permite a los pasajeros ser autorizados automáticamente por las autoridades de inmigración mientras la atraviesan.
Face Express, una innovación similar puesta a prueba en los aeropuertos japoneses de Narita y Tokio Haneda, permitió un procedimiento de embarque para vuelos internacionales mediante tecnología de reconocimiento facial sin revisión de documentos.
“Dentro de unos años, la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y el análisis de datos cambiarán fundamentalmente la gestión de las fronteras, haciendo posible las fronteras inteligentes. Estas tecnologías emergentes proporcionarán un mejor juicio a los funcionarios de fronteras a través de la IA en el análisis de los marcadores biométricos, como el reconocimiento facial. La analítica de datos puede ayudar a detectar perfiles sospechosos mediante el análisis de los distintos datos que presentan los pasajeros, desde la reserva de un billete de avión hasta la solicitud de un visado y la posterior interfaz de tránsito” explica Suraj Tiwari, Jefe de Seguridad de la Información, VFS Global.
Riesgos y medidas de mitigación
Pese a que todo parece útil y seguro, es cierto que hay ciertas amenazas que podrían poner en jaque a los controles fronterizos. Expertos en ciberseguridad han hablado de manipulaciones en los sistemas de aprendizaje, predicciones falsas o incluso ataques selectivos.
Teniendo en cuenta estos riesgos, la protección de los conjuntos de datos es fundamental.
“Los principios básicos de seguridad, como el cifrado, el control de acceso y la autenticación, el registro y la supervisión, son importantes y deben incluirse desde la fase de diseño y desarrollo de los sistemas. La gestión de la vulnerabilidad es otra área clave que debería gestionarse activamente, especialmente porque se utilizan muchas bibliotecas de código abierto en el desarrollo de sistemas” comentan desde VFS Global, el mayor especialista mundial en externalización y servicios tecnológicos para gobiernos y misiones diplomáticas de todo el mundo.
Esta compañía, además, cumple con varias leyes de localización, privacidad y protección de datos, incluido el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE.
Con el mundo en movimiento de nuevo, una mayor aceptación de las tecnologías digitales e intuitivas será fundamental para recuperar el impulso anterior a la pandemia, aunque con una adecuada protección de los riesgos.