El Real Madrid firmó una gran victoria ante el Granada (1-4), en un verdadero recital de fútbol de Toni Kroos, que dio una lección sobre el césped de todo lo que debe de hacer un mediocentro: ordenado en defensa, con las ideas claras en las distribución y con una espectacular capacidad para generar ocasiones para sus compañeros, dando dos asistencias de gol antes de la media hora de juego. El alemán jugó un partido brillante, al que se sumó un Marco Asensio que parece estar decidido a ganarse un puesto en el once. El balear fue de más a menos, pero apareció en los momentos claves del partido para sellar la victoria.
Asensio sabe que el puesto de extremo derecho es el único que no tiene dueño fijo en el equipo. Con Bale y Hazard desaparecidos, Rodrygo había conseguido hacerse con esa plaza en el once por su buen hacer, especialmente por sus ayudas defensivas que ofrecen mayor estabilidad al equipo. Pero el balear sabe que puede estar ante el último tren y no lo quiere perder: hizo un gran gol, tuvo otros dos y dejó varios detalles de mucha calidad, amén de un gran despliegue físico que ayudó a su equipo a conseguir un importante triunfo. Asensio quiere ponerle las cosas difíciles a Carlo Ancelotti… y lo hizo desde los primeros minutos del partido.
Rubén Rodríguez
De hecho, en los últimos años -esos en los que precisamente el Real Madrid ha marcado una época en la Champions-, el conjunto blanco contaba con un gran punto débil. El equipo tenía mucho gol, el medio del campo dominaba los encuentros y, defensivamente, era un equipo sólido… salvo en esos partidos en los que, sobre el papel, era superior a su rival y salía confiado al campo. En más de una ocasión le pasó aquello de empezar perdiendo -incluso dos goles abajo- para, con el paso de los minutos, dar la vuelta a los partidos. Pero esta temporada eso ha cambiado: solo ha empezado perdiendo en cuatro ocasiones y, en dos de ellas, terminó ganando.
Carlo Ancelotti le ha dado mucha importancia a esos primeros minutos, en los que los blancos están demostando este curso que salen a los partidos más metidos, más concentrados y con ganas de solucionar el encuentro a las primeras de cambio. En Granada, no fue una excepción: el Madrid decidió salir a por todas desde el comienzo, imponiendo su ley con el balón desde los primeros minutos. Al excepcional estado de forma de Toni Kroos, al multiusos Luka Modric y al desatascador Vinicius se les sumó un actor inesperado: Marco Asensio, que firmó un gran partido, gol incluido, para tratar de hacerse con el único puesto en el once que aún no tiene dueño.
De hecho, fue el balear quien abrió el marcador. Corría el minuto 19 cuando, tras un robo, Kroos se inventó un milimétrico pase a la espalda de la defensa. Asensio hizo un excepcional control orientado y, con la derecha, batía en su salida a Luís Maximiano para adelantar el Madrid. Los blancos solo necesitaron seis minutos más para golpear de nuevo, gracias a otra ‘delicatessen’ del alemán a la salida de un córner que Nacho enviaba a gol a bocajarro. Los de Ancelotti se ponían con clara ventaja en el marcador, pero el Granada no se iba a rendir: con algo de fortuna, en el ’34, un disparo lejano de Luis Suárez engañaba a Courtois tras tocar en el propio Nacho.
Dudas resueltas en una gran segunda mitad
El tanto nazarí sembró algunas dudas en el Madrid. Había dominado la primera mitad, había jugado a un gran nivel pero, en un zarpazo, le habían recortado distancias. Pero Ancelotti, de nuevo, cogió el toro por los cuernos en el descanso y ordenó las ideas de su equipo: estaba jugando muy bien, solo había sido un golpe de mala suerte… y así se demostró en la segunda mitad. Los blancos habían jugado una gran primera media hora de partido, pero los segundos cuarenta y cinco minutos fueron prodigiosos, posiblemente entre los mejores de toda la temporada. De hecho, el tercer gol del Madrid resume a la perfección el fútbol que practicaron.
Era el minuto 56 cuando, tras un robo, el Madrid salió en tromba, en una contra conducida por Benzema. En un arrastre prodigioso de Vinicius, la defensa perdió de vista la llegada desde segunda línea de Modric que, con un toque de muchísima calidad ante la salida de Maximiano, dejó al brasileño -que entró por sorpresa desde atrás- a puerta vacía para sellar el partido. El Madrid dominaba y dominaba, un control que aumentó tras la expulsión de Monchu por una absurda entrada sobre el propio ’20’. Las protestas también le costaron la expulsión a Robert Moreno y, a partir de ahí, el partido fue coser y cantar.
Sería en el ’76 cuando el Madrid logró cerrar el marcador, después de un gran balón entre líneas de Casemiro para un Mendy que apareció a la espalda de la defensa nazarí para, con la diestra, sentenciar el partido. Eso le sirvió a Ancelotti para hacer cambios y dar descanso a indiscutibles como Modric, Kroos, Casemiro, Benzema y Alaba, dando minutos a menos habituales como Jovic, Isco o Vallejo. Ahora llega el ‘Tourmalet’ para el Madrid y, ante un calendario muy duro, cuidar las piernas de sus estrellas es prioridad para Ancelotti. Eso y seguir disfrutando del mejor Kroos… y, si de paso, Asensio da un golpe sobre la mesa, mejor que mejor.
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