Irlanda derrotó a Los Pumas de manera categórica. En un partido con marcadas diferencias en todos los aspectos del juego, el seleccionado del trébol le propinó a Argentina la mayor goleada en la historia de los enfrentamientos entre los dos equipos. Muy poco para rescatar de un partido que cerró una muy mala temporada de Los Pumas, que los pone lejos de los mejores. Hora de balance y revisión para encarar de la mejor manera lo que viene. Irlanda 53 – Argentina 7.
El juego de Los Pumas, que viene cayendo por un tobogán desde hace rato, hoy llegó al piso. No hay nada que se pueda rescatar de la tarde de Dublin más que la valentía de un grupo de jugadores que se golpea los 80 minutos, pero las carencias en todos los aspectos del juego hace inútil ese tremendo esfuerzo físico. El inventario de las insuficiencias rugbísticas que mostraron Los Pumas en el Aviva Stadium es largo: mal en las formaciones fijas, mal en defensa, lentitud en el juego de los rucks, defección en el contacto, impreciso y lento el traslado de la pelota con jugadores que nunca la reciben lanzados, mal en el juego con el pie, ausencia de un pateador confiable, indisciplina. La enumeración es larga pero hay dos defectos que pueden resumir y contener a todos las demás: la falta de un plan de juego y la ausencia de ideas, dos trastornos que se ven en la cancha pero que, claramente, se proyectan desde afuera. En la era de la tecnología, el superprofesionalismo y los staffs numerosos, es inaceptable que el plan de juego de un equipo se limite a poner la pelota en campo rival por medio de patadas, el viejo up an under que usaban Los Pumas del 65 en la antigua cancha de Jorge Newbery, cuando recibían a las potencias extranjeras con el compromiso de demostrarle a su público que la hazaña de Sudáfrica no había sido casual. Hace cincuenta años sirvió, hoy es una práctica rudimentaria porque se limita a patear sin el respaldo de un planteo colectivo que acompañe esas patadas y porque solo genera confusión en jugadores que vienen de clubes en los que se juega a otra cosa. Y para hacer mas intrincada la situación, el principal ejecutor del “plan” es un apertura empecinadamente inventado por el entrenador, que juega de wing en su club. Hoy lo mejor que se vio de Santiago Carreras fueron un par de penetraciones y algunos buenos tackles; es decir, nada que tenga que ver con la esencia del puesto de apertura. A la falta de un plan o, quizá, en razón de ello, se suma la falta de ideas. Hace muchos partidos que Los Pumas no muestran una idea a la hora de atacar al rival. El try de Mateo Carreras, que encendió una efímera ilusión a los dos minutos del partido, fue la jugada mas inspirada del seleccionado en la temporada pero una de las pocas, poquísimas, que salieron de la medianía.
Lastimosamente, luego de ese comienzo estimulante todo fue para atrás, una catarata de errores que se pagaron caro ante un equipo tan sólido como Irlanda. El grave problema de la obtención a partir de un scrum inestable desde hace mucho tiempo es una realidad y se debate en el rugby nacional, pero la impericia en el line es sorprendente porque, hasta hace un par de años, era una formación sólida del equipo. ¿Cómo es posible que haya caído tanto? Los dos lines perdidos en cinco yardas de Irlanda a los cinco minutos del segundo tiempo son una afrenta a la solidez que, con mucho trabajo, había logrado esa formación en Los Pumas (y en Jaguares). Otro aspecto llamativo de hoy fue la abrumadora superioridad irlandesa en el contacto. Los fowards de verde aplastaron al pack argentino, que pareció carente de energía. La superioridad en las formaciones fijas y en el maul y la superioridad en el contacto explican la goleada mas amplia de Irlanda ante Argentina en la historia. Ninguno de los siete tries llegó luego de una jugada limpia de backs. Todas las veces que los irlandeses entraron al ingoal fue después de golpear duro una y otra vez a los argentinos.
En el segundo tiempo Argentina sufrió un descontrol absoluto del juego que, por consecuencia, derivó en indisciplina. La diferencia crecía en el marcador y eso llenó de confusión a Los Pumas. Pablo Matera recibió una amarilla por un knock on intencional y Tomás Lavanini, reviviendo viejos tiempos, una roja por un golpe descalificador cuando intentaba limpiar un ruck. Sobre el final varios jugadores argentinos estaban desbordados emocionalmente. Entre tanto yuyal y maleza se pierden las buenas actuaciones de Mateo Carreras, autor de un gran try, que se desgarró cuando estaba a punto de apoyar otro y de Santiago Grondona, que está en buena forma, demostrando que superó su dura lesión.
Es encomiable el esfuerzo y el coraje para exponer el cuerpo de todos, pero es alarmante la falta de ideas y el retroceso en tantos aspectos del juego. La conducción de Mario Ledesma tiene una gran responsabilidad en esas defecciones aunque, al menos en sus primeras declaraciones post partido, el head coach de Los Pumas no lo vio así: “Definitivamente no era el resultado esperado, por cómo se había trabajado en la gira…También hubo momentos en los que nosotros erramos seis puntos abajo de los palos y un try hecho cuando se desgarra Mateo Carreras que era para ponerse 17 – 14 o 17 iguales y un minuto después nos hacen un try y se ponen 24 a 7. En el segundo tiempo tenemos dos lines en cinco yardas de ellos que erramos también. Y después la indisciplina del segundo tiempo, no? la tarjeta amarilla, la tarjeta roja ni hablar. Bueno, es un poco el análisis en caliente que hago”. Tal vez cuando haga el análisis en frío, Ledesma entienda que los seis puntos errados abajo de los palos se deben a que el equipo no tiene un pateador confiable por su empecinamiento en inventar un apertura y probar ese invento jugando contra los mejores del mundo, que los tries de Irlanda no llegaron por casualidad sino porque la diferencia en el contacto fue abrumadora y seguramente eso derive de alguna falencia en el trabajo de la semana, que si se trabaja bien las formaciones fijas en los entrenamientos seguramente no se pierdan lines de manera tan burda como sucedió hoy y que la indisciplina es consecuencia del desorden y la confusión que generan la falta de un planteo claro a la hora de salir a la cancha.
Fue un pésimo cierre de una mala temporada, que pone a Los Pumas lejos de los mejores. Salvo contra Gales (con muchos suplentes) en ninguno de los partidos que Argentina disputó este año contra los equipos TIER 1 estuvo cerca de ganar. Sin embargo, hasta no hace mucho jugaba de igual a igual con cualquiera, lo que indica que corrigiendo y trabajando bien, se puede mejorar el nivel. Llega el tiempo del análisis y la autocrítica imprescindibles para tomar las decisiones correctas que sirvan para corregir el rumbo.
Daniel Dionisi
Highlights
Expulsado: 19′, Lavanini (A).
Estadio: Aviva Stadium, Dublin.
Árbitro: Matthew Carley (Inglaterra).
Fuente: @aplenorugby.com.ar
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