Para asumir los retos y desafíos de la prevención, atención y erradicación de la violencia de género en Nuevo León es indispensable que en este sexenio se consolide una coordinación intersectorial y ecosistémica con perspectiva de género.
En lo anterior coincidieron las panelistas de Quinto Diálogo por la Paz y la Justicia, organizado por Consejo Cívico, Creando Comunidad y la Universidad de Monterrey.
Bajo la moderación de Marcela Chavarría y Chavarría, directora del Centro de Equidad de Género e Inclusión de la UDEM, en el espacio reflexionaron: Alicia Leal, titular de la Secretaría de las Mujeres del Gobierno de Nuevo León; María Petra Segovia, coordinadora del área de Extensión de Equidad y Género de la Facultad de Psicología de la UANL; y Elizabeth Aguilar Parra, directora del Centro de Investigación Familiar AC (CIFAC).
De acuerdo con Alicia Leal, se debe reformar la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para que el objeto no sea la coordinación de las instancias, sino garantizar una verdadera protección de los derechos, así también que se cuente con un presupuesto que garantice la sostenibilidad y continuidad de programas para la protección y la erradicación de la violencia contra las mujeres.
“En materia de presupuesto se está trabajando desde el Ejecutivo y se va a presentar al Congreso, aún no hay claridad de cómo va a quedar. Pero lo que sí queremos es que estos recursos vayan enfocados a convertir las políticas públicas, los programas y las acciones en servicios centrados para la protección integral de las mujeres, las niñas y los niños, sin excusas”, detalló Leal.
María Petra Segovia consideró que la comunidad debe asumir la responsabilidad de contribuir en la prevención de la violencia contra las mujeres, modificando la cultura de género que daña y violenta a todas y todos.
Propuso mayor integración de los esfuerzos de la sociedad civil y el gobierno a través de la instalación de un Consejo Estatal para Atender y Prevenir la Violencia de Género en la entidad.
Elizabeth Aguilar Parra abordó el trabajo de las personas y funcionarios que atienden los casos de violencia como los primeros respondientes para que puedan actuar con perspectiva de género.
Sugirió la creación de grupos de empoderamiento para las mujeres y dotarlas de autonomía económica, y a la vez que se trabaja con los hombres violentos y sus familias en procesos de deconstrucción de los roles de género.
“Hay que seguir trabajando con las familias de las mujeres víctimas de violencia, porque este sistema de creencias permean allí. Tenemos que desmantelar esto: un hombre que maltrata no es un buen padre”, explicó Parra.
Las panelistas concedieron en que las organizaciones enfocadas en la prevención y atención de la violencia requieren herramientas para fortalecer sus capacidades de intervención, modelos basados en evidencia, perspectiva de género, medición de impacto.