Esas ‘fiestas de la democracia’ llamadas elecciones no siempre son festivas. En vez de echar a los malos gobernantes, elegir a los mejores y estabilizar el país, a veces lo desestabilizan y tienen problemas de gobierno. ¿Como en Alemania? Esperemos que no.
Bajo la mano de Angela Merkel, Alemania venía siendo un modelo de desarrollo industrial, solidez política y generosidad humanitaria que contrastaba con los vaivenes del resto, a quienes ha ayudado técnica y financieramente (casi todos los fondos de recuperación europeos salen de sus arcas). ¿Por qué la canciller, tras 16 años que sin exagerar pueden considerase triunfales, decidió dejar el cargo? No porque estuviera cansada ni que se pidiera su dimisión. Bien al contrario; podría haber continuado, y ganado....
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