A partir de la pandemia, muchos replantearon sus lugares de residencia y las ventajas y desventajas de vivir en el campo o en la ciudad. Una encuesta de Fundación Colsecor realizada en todo el país busca mostrar el nivel de satisfacción de quienes viven en grandes urbes o en pequeños pueblos.
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En primer lugar, se puede destacar cómo se percibe la oferta laboral y los ingresos que pueden obtenerse. En ambos puntos, las ciudades de más de 100.000 habitantes muestran menor conformidad (26% y 33%) que las localidades de menos de 10.000 personas (38% y 46%).
Otro punto a favor de las pequeñas comunidades se registra en la preocupación por las manifestaciones, un fenómeno típicamente citadino. En las más pequeñas, solo el 16% dice tener alguna preocupación sobre este tema, mientras que sube a medida que se incrementa el tamaño de la ciudad. En comparación a 2020, la preocupación en promedio subió del 32 al 37%.
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Lo contrario sucede cuando se analiza la atención médica. El 65% de los que viven en grandes urbes dice estar satisfecho con las especialidades que tiene disponible, mientras que ese porcentaje baja al 43% en las de menos de 10.000 habitantes.
Finalmente, la oferta cultural muestra una ventaja en los lugares más grandes. Aunque es similar entre las ciudades más extensas (54% de satisfacción) en relación a las intermedias, de entre 10.000 y 35.000 habitantes (55%). En cambio, en las más chicas el número se reduce al 41%.
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