Los duques de Sussex no se empachan de visibilidad internacional y esta semana han llegado a Nueva York con ganas de más. La Gran Manzana acoge como cada año la Asamblea General de Naciones Unidos, la semana de más relevancia en las relaciones internacionales, y se ha vuelto a convertir -a pesar de las limitaciones por Covid-19- en un hervidero de mandatarios, activistas y famosos comprometidos.
El principe Harry y Meghan Markle no se la han perdido y volaron el miércoles desde su residencia en California con una agenda de actos comparable a la de mandatarios en visita oficial. En un claro guiño familiar, se alojaron en el célebre hotel Carlyle. Este era el refugio favorito de Diana Spencer, la madre de Harry, en Nueva York y se quedó en innumerables ocasiones en su ‘suite real’, que ahora tiene un coste de unos 8.000 dólares la noche. También fue el alojamiento elegido por su hermano, el príncipe Guillermo, y Kate Middleton en su visita a Nueva York de 2014. Según ‘The New York Post’, que reveló el alojamiento de la pareja de famosos, Meghan y Harry no se quedaron en esa estancia, y habrán tenido que acomodarse en otra de inferior categoría.
El Carlyle es un lugar conocido por los muchos visitantes y turistas que solían pagar un buen dinero para ver actuar una vez por semana a Woody Allen, con su clarinete y su banda de jazz sureño. Todavía ocurría cuando el director se convirtió en un proscrito por las acusaciones -no corroboradas de momento por la justicia- de abusos sexuales a su hija adoptiva, Dylan Farrow. Pero sí paró por las limitaciones de la pandemia de Covid-19, sin que hayan regresado.
Hotel Carlyle de Nueva York
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GTRES
Esas limitaciones parecieron no afectar a Harry y Meghan, que inauguraron ayer su estancia en Nueva York con una visita a la torre 1 del World Trade Center, el gran rascacielos del Sur de Manhattan que se levantó tras los atentados terroristas del 11-S.
Los duques de Sussex visitaron el memorial de aquel episodio trágico -las dos fuentes excavadas sobre las huellas de las Torres Gemelas- y subieron hasta lo alto de la torre 1, el rascacielos más alto de EE.UU., al llamado Observatorio del World Trade Center. Allí fueron recibidos por el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, y la nueva gobernadora del estado, Kathy Hochul. Contra las regulaciones del edificio, que exige mascarilla en el interior en todo momento, todos se quitaron la protección para la foto.
Por la tarde, mantuvieron un encuentro con la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Linda Thomas Greenfield, y mañana participarán en su gran acto, un concierto de Global Citizen para exigir una vacunación equitativa en todo el mundo. Entre actuaciones de Coldplay, Jennifer López y Lizzo, darán un discurso para convencer a los líderes mundiales de que donen más vacunas y de que las farmacéuticas compartan las patentes.