Semana caliente la vivida en el seno del Consell. Nada nuevo, pero subiendo la apuesta. Donde hay una tensión se aviva, donde no la hay, se crea buscando interés propio. Todo comenzó el lunes, con Mónica Oltra tirando de galones vicepresidenciales a la hora de marcar territorio antes siquiera de sentarse a negociar presupuestos. Andanada de las de otra época que tampoco tendrá ni gran efectividad ni por supuesto consecuencias, porque esta baraja no se atreve a romperla nadie.
Más grave lo del miércoles. Ximo Puig viaja a Sevilla para establecer un frente común con la Junta de Andalucía por una mejora de la financiación. Con el ‘jefe’ en Sevilla otra vez Oltra y Héctor Illueca se descuelgan públicamente con la exigencia de la tasa turística. Objetivo: reducir la visibilidad de Puig en un día importante para los intereses de la Comunidad Valenciana. De paso Illueca se presenta en sociedad y deja su tarjeta de visita para recordar que no es Martínez Dalmau y que la poca paz que reinaba en el pleno del gobierno se ha acabado. El enfado del presidente que como reza el dicho se entera de la declaración de Oltra e Illueca por la prensa para enmarcar. El cabreo del sector monumental, y la pregunta de ¿a qué viene esto ahora? se ha quedado instalada en el ambiente.
El caso es que el adelanto electoral empieza a cocinarse a fuego medio. Aunque ‘fuentes oficiales de la Generalitat’ te desmientan una y otra vez que no iremos a comicios autonómicos hasta 2023 todos toman posiciones porque se ve venir.
Mientras tanto, la reunión Moreno-Puig sirvió para que 24 horas después, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunciase que noviembre verá las líneas del futuro modelo. Solo un detalle, las transferencias del estado son el 80% del total de los ingresos de la Comunidad Valenciana. Por eso nos jugamos tanto, aunque a Oltra, experta en estas lides, e Illueca, joven advenedizo político, les de igual. Solo así se entiende que la tasa turística salga a pasear el único día que de verdad y en el panorama nacional se ha hecho ‘ruido’ con la financiación. Así nos va.